José María Esteban

Regreso a una escuela incierta

Lo malo es que no se avanza en las conquistas de la estabilidad y situaciones que nos den mayor confianza en nuestras verdaderas rutinas, que tantos años nos costaron

José María Esteban

El aprendizaje a principios de este septiembre está siendo duro. No hay ni libro de texto, ni siquiera un maestro con clara sapiencia sobre este hecho, que nos predisponga al conocimiento certero. Lord Byron, un romántico empedernido inglés, que cabalgó entre los siglos XVIII y ... XIX, decía que: «La adversidad es el camino de la verdad». Pudiendo estar de acuerdo con él, una persona atormentada y gran luchador por la libertad toda su vida, es verdad que esta cuesta que nos coge a todos es bastante dura. No sabemos, a ciencia cierta, si conseguiremos alcanzar la verdad o las verdades, ya que estas nunca son únicas.

Se acerca la etapa de volver al cole o a la Uni, a la etapa del curso lectivo, y todo es un mar de inciertos movimientos para devolvernos a una normalidad que no se alcanza estable. Recordamos cuando vivíamos los primeros años de colegio, nuestra ilusión por volver a recobrar los tiernos encuentros, y el pretexto de aprender conjugaba con el verbo jugar o estar con tus compis, o l@s niñ@s que te gustaban. Siempre ha sido un claro empuje volver al colegio y ver aquellas caras que se querían volver a ver. Aires románticos siempre nos rodeaban en aquellos momentos.

Temo que con las informaciones que nos llegan, esos anhelos septembrinos se conviertan en indefinidas e inciertas situaciones. Es casi cierto que nos preocuparán más las circunstancias de separaciones, pocos alumnos enmascarados en aulas, e incluso perder el contacto con profesores y compañeros de curso. Estos tiempos, son mucho más inseguros de los que pensábamos, hace algo más de seis meses. Lo malo es que no se avanza en las conquistas de la estabilidad y situaciones que nos den mayor confianza en nuestras verdaderas rutinas, que tantos años nos costaron.

Todos deseamos que salga esa noticia que nos traiga una sonrisa abierta, una boca transmisora de nuestra expresión mejor, y el derecho a estar de nuevo como antes. Si, una noticia en forma de remedio, que nos sitúe de nuevo unos frente a otros con naturalidad, sonrisas visibles y sin ademanes nunca entendidos.

Lord Byron, estuvo por Cádiz en 1809, durante la guerra de la independencia. Le dio tiempo incluso a enamorarse de una gaditana, posiblemente huyendo de las pestes británicas de Moscú o los arrebatos de cólera en el mundo. Podemos leer en su poema ‘La chica de Cádiz’ sus desvelos al comparar la belleza entre las gaditanas y las inglesas y su búsqueda de la verdad por estos lares. Quizás también fugado, contrariamente, de las seguridades de su cómoda y adinerada familia, para encontrar mayor convencimiento en la vida, dentro de una de las peores épocas de España, como también lo fue la invasión napoleónica. Entonces, todo se paró como ahora, con destinos iguales o peores de inciertos.

Queremos que nuestros hijos, sean de colegio o de enseñanzas superiores, vuelvan a la certeza de las aulas. El sistema de tele enseñanza se manifiesta algo ineficaz e incompleto. No sabemos si ello va a suceder en breve, o será otro nuevo e incómodo camino por recorrer.

Si la adversidad es el camino de la verdad, como decía nuestro citado poeta, buscador nato de la libertad, este recorrido está durando mucho. Nos merecemos un poquito de más verdad y que este infortunio se relaje, se acabe y aprendamos todo lo que hay que aprender. Un mundo mejor, porque es lo que deseamos, con mayor justicia, reparto y seguridad.

Salud y mantengamos la esperanza de que esto, más temprano que tarde, terminará. Mientras, a aprender continua y acertadamente, también, de estos malos momentos.

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