José María Esteban

El paso del tiempo por la S.I.C.

Tenemos el mejor templo de la provincia pero sin subsanar notables deficiencias

José María Esteban

Vienen tiempos de Semana Santa . Nuestro templo Mayor volverá a recibir a las Hermandades en su estación penitencial por esta Santa Iglesia Catedral , que traducido resulta: S.I.C. Tiempos de reflexión religiosa y también tiempos de disfrutes personales y grupales ... de tipo religioso, estético, musical, oloroso y hasta gastronómico. Los cortejos con sus diferentes tonos y ritos ceremoniales llenaran Cádiz como otro de sus mejores atractivos turísticos. Un atractivo que año tras año va celebrándose con mayos dignidad y recogimiento. Aunque el asunto de la limpieza siga en el debe en estas y otras fechas.

La Catedral Nueva es el mejor edificio religioso posiblemente, en sus estilos, de la provincia de Cádiz. No comparemos con otras provincias, pero la calidad arquitectónica, la luz abierta y encerrada de sus volúmenes, lo hace magistral, donde muchos otros artífices orientaron sus ideas. Vicente Acero la trazó en 1721 y si se llega a terminarla sería aún mucho más alta, más grande y más ancha. Vamos, como el puente de la Pepa. Pero no solo no la terminó sino que fue expulsado por el Cabildo, por envidias y recelos de los técnicos del Obispado y tuvo que recurrirse a otros arquitectos que le sucedieron, los Cayón, Olivares, Machuca, Daura, de la Vega, etc., No solo con diferentes episodios económicos, sino también con diferentes tendencias artísticas y estilísticas.

Desde que uno se enfrenta a su imponente fachada , una fachada medio barroca y medio Neoclásica, de ahí su cambio de color, su atractivo es inigualable. Por si no lo saben, el cambio de color se debe al cambio de los estilos en aquellos años finales del siglo XVIII. Obligado por la Real Academia de San Fernando, el arquitecto enviado por Madrid: Manuel Machuca, diseña un pórtico columnado para tapar la fealdad barroca de Acero, con los elegantes y atractivos ritmos Borrominianos, repudiada por la Academia y ejecutada hasta esos años. El edificio se continuó hacia arriba, y nunca se edificó el porche, y por eso se utilizaron dos tipos de piedra. Gracias a Dios que no se edificó, si nó hubiéramos tenido una compleja percepción de la fachada. Acero sobrevivió, en parte, por encima de aquellas ataduras.

No sabemos explicarnos, como se mantiene durante años tanta falta de respeto a este templo, que será el ombligo de la Semana Santa. Sigue sin rematarse su linterna . Nadie es responsable de la rotura de los azulejos dorados de su cúpula que están impresentablemente craquelados, inmediatamente después de su última restauración. Siguen sus fachadas en espera , donde la piedra ostionera debiera estar protegida y tapada, vean sino la cantidad de grietas y descarnados en sus tendeles y llagas. Con el dinero que se debe arrimar, no solo por el Cabildo, que obtiene buenos resultados en las visitas, sino por otras instituciones y privados, debieran resolverse los grandes asuntos de las patologías internas de las bóvedas y eliminar las redes . Su luz, sigue siendo maravillosa al entrar, sin ellas la limpieza de su lectura seria impresionante.

Iluminar con mucha más decencia las fachadas y torres no sería ni caro ni dificultoso. Tenemos el mejor templo, pero con la peor iluminación . Cada torre de un color y una oscuridad que denuncia indiferencia y dejadez de su propietario a la propia ciudad. En fin pasaran bien engalanadas las Hermandades por sus naves, pero el templo, aparte de restaurar estatuas y retablos, debiera acometer de una vez la urgente y exigible intervención en la propia arquitectura que la define y seduce en un paisaje único de nuestro entorno. Salud.

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