José María Esteban
¡A ésta es, valientes!
Si en algo hemos ganado en esta era Covid-19, es en la gratitud que debemos a los funcionarios
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Esta Semana Santa se va a convertir en la más silenciosa de todas , pero nunca una sana y grata tarea nos dio tanta satisfacción. Salir a las ocho de la tarde, rompiendo el silencio de la ciudad, para aplaudir en los huecos de ... relación que nos han quedado, se ha hecho más que un gesto, una necesidad. Ahora no saludamos a pasos y cortejos. Comentaba hace días cómo esa actitud nos devolvía a las calles y también ahora nos devuelve los sonidos del reconocimiento. Hoy otras prioridades llaman al exterior.
Si en algo hemos ganado en esta era Covid-19, es en la gratitud que debemos a los funcionarios. No solo en la vida normal, sino en épocas de crisis, o de graves crisis como la que estamos padeciendo. Siempre fui un gran defensor de hacer visibles los resultados de la administración pública en sus verdaderos gestores. Todo lo que se trabaja detrás de las bambalinas y bajo el anonimato de la nómina, no suele ser registrado, parece que solo lo logran quienes aparecen en las fotos. Mis problemas tuve cuando en artículos sacaba la realidad del esfuerzo. El mando lo hacía suyo a diario, como si supiera de todo y le fuera su contenido y supervivencia en ello, siendo como deben ser: leales líderes, «priorizadores temporales».
Sin faltar el respeto al sistema, es el que tenemos, perfectible, pero es el que hay y habrá que recomponerlo cuando esto pase, compruebo cómo se le reconoce al trabajador público al fin, su esfuerzo y su entrega. Que inquietud que sea ahora, con los graves riesgos para el que está en las trincheras. Esta necesaria evidencia, no crean que la entienden todos, y en todos los canastos hay piedrecitas en las lentejas. En lo privado, donde caben todos los acuerdos y todas las maneras de trabajar, siempre bien remuneradas, necesarias, pero no obligan al martirio, como está ocurriendo en esta época del coronitas de sus castas.
Si en épocas de crisis, hasta el soporte hacendístico lo soporta quien tiene las cuentas perfectamente controladas. Si, en épocas de crisis, si hay que bajarse los sueldos, los primeros los funcionarios. Ahora después que esto pase, como decimos, no solo se les bajarán, sino que trabajarán muchas más horas, solo a cambio de la mensualidad establecida, al tiempo.
Hago este directo testimonio de agradecimiento por los que luchan por nosotros. Yo lo fui muchos años y sigo sintiéndolo como pueden comprobar. No solo a los sanitarios, también a los bomberos, a las fuerzas de orden público, a los docentes, a los generadores de las logísticas de alimentación y de la salud , etc., y los que nos están permitiendo seguir viviendo tras los cristales de estas celdas de reclusión mayor.
No se afecten empresarios y productores privados por lo que digo, también hacen mucho país, por supuesto muchísimo, pero en épocas de graves crisis, los que trabajan en continuidad se infectan directamente en la pandemia y dedican tiempo de verdad a la supervivencia, a la intendencia, al soporte de mínimos sociales, son los agentes públicos. También los que cotizan a mamá economía hasta el último céntimo. Están totalmente vigilados por Petra, y ahora vienen los momentos de recaudar.
Hoy Miércoles Santo, Ánimos y Gracias con mayúsculas a todos los soldaditos del frente. Nos queda menos de la mitad del periodo de reflexión a esta fecha, para ir saliendo poco a poco de este mal sueño, que ya casi no conciliamos por su extensión y rareza. No sé si cuando esto termine esos aplausos de la tarde, puedan visualizarse de otra manera, o deban convertirse en una nueva apreciación social sobre ellos. Estamos ganando en visualización, la política la pierde, era necesario ese mejor equilibrio.
Los sistemas deben aprender las lecciones, no en tiempos de alegría y bonanza, sino en estas épocas de dura lucha. Alegrémonos, ya que nosotros, los obligados enclaustrados y ellos libres en su vocación y en esa primera línea del frente, conseguiremos salir, seguro. No podía pasar más tiempo, a esta hora del paseo por el balcón, sin escuchar ni tambores ni cornetas, y decir por escrito: ¡A esta es, valientes! MUCHAS GRACIAS, Salud.