José María Esteban
Una cultura más ancha
Tendríamos que inmunizarnos desde pequeñitos con la mejor Educación para generar individuos más amplios y felices
Las mismas sonrisas cómplices se cruzan en los mismos espacios culturales. El círculo de interesados en asistir con animoso aliento, se nutre de personas inquietas por saber y disfrutar los asuntos del alma. Es como una pequeña secta que se dirige diligente a las mismas ... luces. La población de la cultura es casi siempre idéntica. Coincidentemente son iguales con iguales. Siempre me pregunté si la voluntad que otros países ponen en despertar desde pequeños esa necesidad en vida que es la cultura, por qué se separa tanto en nuestras estrategias. España siempre ha sido favorecida por la mano del destino creativo y de la musa más delicada. A lo largo de muchas épocas, surgen innumerables referentes en las artes, la literatura, la danza, el cine, la música, los espectáculos, etc. Ejemplos que nos destacan mundialmente como unos de los países más fecundos generando talentos culturales.
Decía Platón que los seres vulgares no tienen destino. El pan de la cultura además de hacernos más libres, nos hace más capaces de encontrar caminos de encuentros, consensos y diálogos. Una persona cultivada y ansiosa por saber, desarrolla sus actitudes y capacidades de disfrute por las Bellas Artes, los buenos productos visuales y gráficos, o los asuntos públicos, por ejemplo, con más lucidez. Se generan ciudadanos más tolerantes, entendibles y agregadores.
El dislate en estos últimos 40 años de 8 leyes de Educación, y no las enumero por ser un galimatías de siglas sin sentido, diferenciadas en borra lo de antes, pon lo mismo o peor, y firmado por quien manda, trae inexorablemente cosechas de mala calidad. En la base de la Educación está despertar los gustos y capacidades de todos por el conocimiento y la sociabilidad. Si no regamos bien esos espíritus desde que nacen, es posible que otras pequeñas plagas distorsionen su crecimiento y no faculten sólidos principios.
La lucha por mejorar los niveles de la Eseñanza y los cometidos ciudadanos permitiría una mejor sociedad. Solo dando un paseo por los países cercanos o nórdicos, aunque no creo sean los más felices, encontramos lo que pedimos. Hemos constatado en largos y amplios periplos, la gran afluencia de aquellos ciudadanos a los actos culturales y no pertenecen solo a la elite marcada por los posibles. Aquí se congregan en un reducido número de personas.
España, sigue la cuarta por la cola en Europa invirtiendo en Educación el 4,25%. La media en el continente es del 5,3 %. Dinamarca destaca con el 7,9%. Hasta Chipre nos supera con un 6,7%. Como ejemplo mundial Cuba es quien más invierte con el 12,9 %, con sus acentos partidistas, evidentemente. Es claro que el esfuerzo es mínimo y los resultados no pueden ser más desastrosos cuando surgen informes como el PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes). Si queremos que la descendencia cultural sea más ancha, debe invertirse más allá de las típicas o tópicas de los lugares, que ya están abastecidas. Hay bastante oferta cultural en nuestras ciudades, aunque no va tanto público. Baste destacar el Festival de Danza recién terminado aquí en Cádiz, o los próximos: Alcances, FIT, Música, Títeres, etc., etc., que nos traen con generosidad instituciones y privados. Pero lo dicho los mismos en los mismos sitios. Es como la pandemia, que se acorta con los vacunados. La vacuna es educar al cuerpo contra los malos visitantes. Tendríamos que inmunizarnos desde pequeñitos con la mejor Educación para generar individuos más amplios y felices. Salud y cuidaros que en nada nos quitamos las mascarillas. Pero no las tiren nunca, por si acaso.
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