José María Esteban
Cinco días de Brexit
La historia se repite y no aprendemos
La historia se repite y no aprendemos. Hubo una tierra con una isla y pico que siempre jugó al ratón y al gato. El gran continente, repleto de historias a lo largo de su amplia y abigarrada vida, luchaba internamente por sus fronteras. Había algo ... inevitable, sus límites eran de tierra, una tierra que llena de trincheras en mil ocasiones, volvían a taparse uniéndolos inexorablemente. La gran isla y pico siempre luchó por ser independiente y poderosa, tal como la geografía la dibujó y ser la mandona sobre la gran tierra y el mar. En este territorio del hemisferio norte siempre ha sido así.
La experiencia maldita de las dos últimas guerras fratricidas, sus muertes y restos odiosos, nos obligó a generar espíritu de agregación y nunca más repetir los sangrientos sucesos. Muchos hombres desde 1950, lideraron el difícil proyecto de la Unión Europea: Adenauer, Churchill, Monet, Schuman, Gasperi, Spaak, Spinelli o Khol, entre otros. Si, Churchill, un estadista ingles que vio como nadie la necesidad de pertenecer a la comunidad del continente más culto y racional del mundo. Hoy sus líderes son otra cosa.
Seguimos cuestionando, cómo pudo ser posible esa ilusión, ya que la historia de sus nacionalidades hace que el congreso sea tremendamente difícil. Nos lo preguntamos, pero estamos convencidos, cada vez más, de la idea de Hermandad, a pesar de los tirones que delatan sus dificultades. La Unión Europea , es el mayor encaje político y social que se ha potenciado en el mundo, ni siquiera comparable a la forja de los Estados Unidos de Norteamérica. Aquellos pertenecían a la misma madre. Incluso les ayudamos muchos europeos a unirse contra la estirpe separatista de los viajeros del Flor de Mayo, es decir el Mayflower desde 1620. Ni más ni menos que un primer ‘brexit’ ingles, con los más fanáticos anglicanos que quisieron irse, hasta de su propio lugar.
Los padres, que tenemos hijos prestados por la Pérfida Albión, Pérfida por beligerante y Albión por los blancos acantilados doverianos, nos preguntamos ¿y ahora qué? Un año de negociaciones para ver cómo quedan las relaciones. Un auténtico desatino, ya que las relaciones laborales y comerciales nunca serán mejores que haber seguido juntos. Convenios para el movimiento de ciudadanos y mercancías, que harán evidentemente más engorroso ir o venir de allí. En fin, en mi opinión un lamentable paso atrás, quizás más atrás que aquel 1620. Posiblemente el 23 de junio del 16 donde ganó el 51,9%, fueran los restos de aquellas influencias. Una decisión tan esencial, solo por 1,9% más de votantes. Siempre el interés de pocos, arteramente ganado, como ahora.
Los nuevos colonos de la UE, con sus esforzados talentos están ayudando a mantener ese gran país y posiblemente se lo piensen. Quizás con esta separación, se les acabe la ilusión de hacerlo, si las trabas pueden contra la madurez de intentar nuevos proyectos de vida allí, y muchos regresen.
En España todos los políticos se llenan la boca con sus retornos, y ninguno ha hecho absolutamente nada. Con lo necesitados que estamos para forjar un mejor país, y que demonios, porque son nuestros hijos. Es posible que sean ellos mismos, hoy con cinco días de Brexit, ya pensando en volver, los que lancen futuros puentes de un necesario regreso a la Gran Hermandad, que ahora debe sentirse más Unión que nunca. Salud.
Ver comentarios