José María Esteban
Los cierros cerrados
Bastante tenemos con las confinaciones actuales, como para añadir más enclaustramiento a uno de los pulmones que ahora nos permiten respirar en la ciudad
Cada tipología arquitectónica responde a los condicionantes del territorio donde se inserta. Ello implica que para generar nuevos diseños, hay que estar muy atentos, no solo a la función, sino también a la sabia experiencia heredada de los tiempos y las condiciones geográficas. Cádiz y ... su Bahía, si tienen unas características por sus arquetipos de toda la vida, o sea tipologías arquitectónicas definitorias, son los miles de cierros que pueblan su caserío.
El compendio de carpinterías que cubren los huecos de nuestras ventanas, balcones y galerías, se deben a una forma muy nuestra de entender los usos y oficios de estas zonas marítimas. Estos objetos externos e internos, que identifican e igualan sus calles como si de una sola fuera, son una de sus lecturas iconográficas más definitorias. Los cierros de madera de esta zona, como son los de Galicia o de otras zonas costeras, son pensados y construidos por muy diferentes razones como doble exclusa a la calle.
Los mejores carpinteros de estas zonas fueron eso: carpinteros de ribera. Estos magníficos artesanos desde su origen, construían barcos, de ahí nuestra descendencia carpintera de los astilleros. Luego supieron colocar magníficamente esas madererías en los edificios para convivir con un grado importante de humedad y lluvias o vientos molestos, que aquí vienen por todos los horizontes. La extensión hacia el frente y los lados es para dotarnos de mayor espacio vivible. Su formalización en despieces eficaz y resistente, se debe fundamentalmente a una función: poder ver mediante sus vidrios sin que te mojes o te dé el aire. Estos muebles que pueblan nuestros paisajes urbanos por doquier, señas de identidad como velas continuas en mil aperturas y ritmos verticales, suponen una regata continua en las rectas y largas calles gaditanas. Todos ellos se accionan hacia afuera y también se abren por los lados. Claro que se abren por los lados, como que también sirven para ver desde ellos a lo largo de toda la calle o saludar a los colindantes, protegiéndose de humedades y malos aires. Esa mirada lateral les permite un ángulo de visión de 180º en la fachada.
Una vez sabido esto, me pregunto ¿Por qué últimamente mis compañeros de profesión, en las aportaciones de nueva planta en el casco, les ha dado por colocar cierros modernos con paredes laterales ciegas y los condenan a una única mirada frontal? Todo eso sin abundar en su oscuro color, que tampoco es de esta tierra.
Debe ser que con la pandemia, no es bueno que los aires contaminados entren. Pero precisamente para eso se colocaron, para ventilar en una doble carpintería y que ahora simples en su modernidad racional, se van copiando en los diseños actuales como atónica resonancia visual.
Para crear no debe haber condicionantes y respetemos lo que se innova con resabios de lo vernáculo, pero si lo que se quiere es hacer cierros en Cádiz, sin tener que hacerlos de palo, al menos que se entiendan también como elementos de visión lateral. Sin ella limitamos una función por la que fundamentalmente nacieron. No me lo puede explicar, ni creo que el PGOU lo prohíba.
Respeto a todos y estoy ansioso por saber porque se cierran los laterales, ya que un cierro cerrado no es precisamente lo que necesita Cádiz. Bastante tenemos con las confinaciones actuales, como para añadir más enclaustramiento a uno de los pulmones que ahora nos permiten respirar en la ciudad. Salud y abran bien las ventanas y balcones de las esperanzas que, a pesar de lo duro de hoy, vienen las vacunas y el aire vuelve a entrar libre de malajes.
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