José María Esteban
Las carencias a las claras
Hoy vemos como lo que ocurre tiene sus derivadas en nuestros hijos que se han ido a trabajar fuera de España
Aunque se repitan las ideas y los comentaristas sigamos abundando en los temas, es bueno seguir opinando sobre algunos asuntos que estando claros, siguen sin solucionarse .
Además de otras insuficiencias de la propia sociedad con la idiosincrasia tan peculiar que tiene esta piel ... de toro del occidente más occidental, es evidente que hacen falta más profesionales en todos los campos. La crisis del 2008, junto con la pérdida del miedo por los Erasmus y una larga inercia, condenó a casi todas las familias españolas a exportar capital humano propio a Europa y al universo. Tanto el estado como nosotros mismos habíamos invertido en cariño, tutela y evidentemente en dinero contante y sonante, para que su talento y esfuerzo se dedicaran a este país .
No solo por aquella crisis sino más ahora con la que cae, es donde la claridad de esas fugas y su efecto de escasez se muestra palmariamente notoria. Se fueron porque no encontraron aquí ofertas de trabajo adecuadas a sus esfuerzos. No es cierto que el mercado este saturado de facultativos o especialistas. Los Colegios y las Universidades siguen sin disponer de profesorado, investigadores y puestos de trabajos suficientes . Digámoslo muy claramente, lo que ha pasado es que se han amortizado, dicho en román paladino, se han cerrado muchas puertas al empleo juvenil y a nutrir nuestras instituciones y empresas privadas del necesario relevo generacional, que además venía mucho más preparado que las anteriores añadas.
No sé cómo es posible admitir, con la que está lloviendo en Madrid y en todas las provincias españolas, que ahora y no antes haya que acudir a profesionales de todos los campos, y se diga impunemente que no hay personal suficiente para contratar, recurriendo a externos . Se nos han ido desde hace más de diez años muchos activos, más de 850.000 jóvenes, a buscar vida en otros países europeos y en el mundo mundial. Incluso a Australia, que parece imposible por ser las antípodas, llegaron muchos españolitos intentando dibujar su proyecto de vida. Hay que hablar claro, se ha bloqueado el futuro a muchos profesionales y fundamentalmente en el sector público. Al fin y al cabo, con las debidas distancias y respetos, los sectores públicos son los que nos salvan como vanguardia de choque en las épocas de las crisis contra las primeras quemas.
¿Quién ha estado al frente amortiguando el daño de las falsas hipotecas y de esta pandemia, defendiéndonos con las armas de que se disponían? Soportando las amplias necesidades asistencias, docentes, económicas y sociales, etc., sin más renta a cambio que un castigado sueldo y siempre, siempre, cotizando con verdad al fisco. Lo privado o gran capital cotiza de otra forma.
Digámoslo alto y nítido: padecemos esa herida profunda de no poder contemplar como nuestros hijos se realizan en sus raíces , familias, amistades y desarrollo profesional, para que logren subir este país de nivel sobre la débil escala en la que nos situamos en el mundo. Muchos de ellos debieran ser los futuros dirigentes en el liderazgo y mejora de este país por su enorme talento. Los actuales solo se dedican a pelearse.
Se llenaron la boca muchas opiniones públicas, con el rescate de dicho potencial, pero por ahora no han hecho absolutamente nada para que eso suceda. Ingenier@s, arquitect@s, médic@s, enfermer@, profesor@s, publicistas, económic@s, etc., etc., se han ido quizás para nunca más volver, lo cual es una sangría enorme que no puede soportar este país.
Soy de los que opinan claramente, y creo que no me equivoco, que las graves debilidades demostradas en la lucha contra esta pandemia en España, no son ni más ni menos que la necesidad de disponer de mucha más gente joven, muy preparada y con ganas de solucionar en el presente los problemas sobrevenidos. La milicia puede y debe ayudar, pero no podemos situarlos siempre en el monte apagando los fuegos , por una carencia estructural de profesionales que es la verdadera solución. No sigamos engañándonos, aquí no ha sobrado nadie y son todos muy necesarios. Los demás países, no deben aprovecharse de esta trasfusión de nuestra mejor sangre en su beneficio, por muy europeos que seamos.
Salud y sigamos esperando que haya alguien que prioritariamente impulse de verdad el rescate de nuestros hijos y su empleo, aunque sean con los misérrimos sueldos españoles , que ese es otro tema, ayudando con ello a resolver estas carencias tan a las claras. Sigamos cuidándonos mientras que no llegan.