José María Esteban
Cambiemos las leyendas negras
Ahora debemos reivindicar que no solo somos un país desarrollado, aunque nos falten escalones que subir, sino que somos el mejor del mundo que lucha contra el virus, véanse los resultados
Hay falsos conceptos históricos que, a fuerza de insistir en el consciente, se hacen verdad. Son herencias mentales completamente contrarias a lo que debe entenderse. Las estrategias de lanzar las culpas a los otros, pertenece a una sibilina manera de ser de algunos países, para ... flotar sobre maldades propias.
Se publican libros donde se demuestra que las acciones de los españoles en América, ni fueron tan feroces ni tan dañinas para las sociedades autóctonas. Es verdad que las exploramos buscando oro y especias, es decir: lo que hacía funcionar al mundo en aquellos contextos.
Aquellas guerras, porque lo fueron y las búsquedas de recursos para pagar las campañas, nada diferentes en las violentas actuales, no se han trasladado y entendido con cierto respeto, que lo hubo, a las razas autóctonas. La leyenda negra de la esquilmacion española en las colonizaciones americanas, nada acorde con la Cultura y Patrimonio dejados, hace que esos países sean ahora mucho más ricos que si se les hubiera dejado a sus propios instintos.
Las cuentas reales, habría que hacerlas en saber: ¿Que se ha hecho desde que nos fuimos de allí? Títulos como ‘Exploradores españoles del siglo XVI’ de Charles E. Lummis; ‘Eso no estaba en mi libro de Historia de España’ de Francisco García del Junco o ‘Imperiofobia y leyenda negra’ de María Elvira Roca Barea, entre otros, deben leerse con fruición para comprender mejor lo sucedido.
En materia de Salud, la leyenda de la ‘gripe española’ queda en el memorándum histórico dañando la imagen de esta gran nación en muchos foros internacionales. La enfermedad de 1918 y 1920, nunca surgió en España. Estudios claros y certeros la sitúan en Francia en 1916, o en China en 1917, o, lo que es más seguro, en un territorio militar de Estados Unidos el 4 de marzo de 1918. Como ven, nos adjudicaron ‘nominalmente’ 40 millones de muertos, siendo, como fuimos, sufridores de aquella pandemia.
Las sucesivas gripes de este coronavirus actual, no vemos que se nombren como original de Wuhan, provincia china de Hubei, o previamente de Arabia Saudí en 2017. Lo denominamos Covid-19, como si no tuviera nacimiento local.
Nadie las denomina gripe china o árabe. Es la singular manera de quitarse las malas leyendas de encima. Los sucesivos primos hermanos del virus (que viene de veneno), sea Delta u Ómicron, de cunas externas, solo son letras griegas. No es que uno disfrute leyendo «fiebre india, inglesa o china», pero cuan calladitos tienen siempre su procedencia, para que no quede rastro de su origen.
Lo que esta ocurriendo en el mundo, es que de nuevo una enfermedad muy contagiosa y dañina nos está invadiendo. El reparto de poder, que sigue siendo Norte y Sur, no permite que podamos irnos vacunando todos a la vez. Le estamos dando tiempo al bicho para que se introduzca con varios disfraces en nuestras células.
Las historias demagógicas con un falso nacimiento hacen mucho daño en los públicos que las reciben, generando un acusado rechazo hacia esos países. Por eso ahora debemos reivindicar que no solo somos un país desarrollado, aunque nos falten escalones que subir, sino que somos el mejor del mundo que lucha contra el virus, véanse los resultados. Las olas vienen con las infecciones de las visitas de oriundos de esos otros países, cuya regulación y control ha sido nefasta y desconcertante, alejándose de las leyendas negras, que necesariamente debemos cambiar. Cuidaros que el trompetero viene a convivir con nosotros, y estando vacunados aquí, debemos también vacunar a todo el mundo, si no esto será interminable.
Salud.