José María Esteban
Un 20 de enero algo especial
Quiero invitarles a reflexionar sobre la prudencia de tomar caminos que lleven a la conciliación y a principios básicos de consenso
Con este grave y continuo suceder, se nos van olvidando otros asuntos que hacen que los eventos se olviden frente a noticias más reiteradas. Hoy 20 de enero es un día especial. Si es verdad, hoy celebramos, los que queramos hacerlo, un santo muy reconocido ... por la iglesia Católica y la Ortodoxa, algo no demasiado común.
Hoy es San Sebastián, un santo muy querido en estas tierras. Fue soldado y mártir en el tiempo de Diocleciano, como los citados Sabinos en nuestro artículo de fin de año. Llegó a ser senador y siendo cristiano compartía sus creencias con la pertenencia a la milicia romana. Cuando lo denunciaron lo mataron dos veces, un primer intento a flechazos, que es la común iconografía que recordamos, y luego, como sobrevivió a este suplicio, lo tiraron a un lodazal donde sí se certificó su muerte. Lo traigo aquí en su onomástica, aunque no quiero ser reiteradamente hagiográfico, dado que es patrón de muchas ciudades y pueblos. Entre ellos nuestro querido Conil, cuya romería se congrega desde el S XVI, aunque este año tampoco se celebrará. Hay una amplia devoción, no muy recordada, como santo contra las epidemias del S XVII y otras. Es un Santo al que en esta época deberíamos recordar mucho más. Los que lo deseen evidentemente.
Hoy día 20 de enero también tenemos otra fecha señalada. Se va un embaucador democrático por su poder mediático y económico y llega un nuevo presidente a la, hasta hace poco llamada, mejor democracia del mundo. Los apasionamientos generados en estos días recuerdan su origen de quasi expulsión en el ‘Myflower’ ya hace 400 años, con los llamados «padres peregrinos», primeros colonos desde el Reino Unido a América, que también vienen a cuento. Hoy es un día donde se sentencia la dualidad del pensamiento sajón renacido en los territorios americanos. Una especie de síntesis de fanatismos religiosos y nuevas aspiraciones de libertad y liberación de la metrópolis que les dio nacimiento. Una metrópolis que también padece de ese síndrome con el Brexit.
Los EE UU de Norteamérica siguen siendo una nación aun por pulir, entre la intolerancia de las zonas rurales y la búsqueda de nuevas formas liberales en otros territorios más poblados, los más cosmopolitas del mundo. Sus peores problemas radican en esas dos identidades que se presentan día a día, bien en forma de látigo contra razas o una asimilación consciente y moderna. Un duro corazón partido en dos extremos de razones irreconciliables y que aún no admiten que ya estamos en el S. XXI. Lo del Capitolio no ha sido un carnaval, sino una manifestación real de ese espíritu dual que surge a cada momento. San Sebastián, seguro que se debatiría también entre su juramento militar como jefe de cohorte y senador romano y la devoción a una religión que lo incompatibilizaba con su emperador. Ese debate al final tuvo un derrotero donde la persona opta por los principios, más que por los caprichos políticos. En América, la insolencia de Trump no admitiendo el resultado de los votos, nos recuerda el duro origen de las 13 colonias de Nueva Inglaterra, y cómo algunos siguen perviviendo en la ancestralidad del S. XVII. Con Biden, esperemos retomar una realidad más acorde con los tiempos. Siempre que aquel carácter fanático no meta la pata.
Con estos dos ejemplos que hoy se unen, el Santo de El Colorao y el final del intransigente personaje del pelo rubio, solo quiero invitarles a reflexionar sobre la prudencia de tomar caminos que lleven a la conciliación y a principios básicos de consenso. La pandemia nos va a seguir exigiendo que optemos por los caminos que eviten más daños. El confinamiento duro y molesto, supondrá un pequeño martirio. Por supuesto que habrá que restañar heridas vitales y económicas, pero lo que no podemos es seguir haciendo muros impresentables de intolerancias y muertes. No podemos negarnos a la realidad, ni a lo urgente y necesario para seguir luchando, pero con respeto para rescatar nuestras conquistas de bienes sociales, libertades, seguridad... lo antes posible, y con ellas la SALUD.
Ánimos y a seguir cubriendo las etapas que los meses nos plantean. Hoy aunque no haya romería en Pueblo Nuevo, es un día especial, quizás porque solo viene después de ayer. Y debe haber más confianza con los que lleguen, por supuesto.