El Carnaval que añoro

Reconozco el salto de nivel musical que los grupos actuales han efectuado. Hoy se tiene más formación musical, se ha evolucionado en la forma de cantar y en los montajes escénicos, es una cuestión evidente que hay que reconocer y aplaudo. Hay maquillajes y tipos que son auténticamente espectaculares y el carnaval ha crecido exponencialmente en su accesibilidad y promoción. Pero incluso con toda esa evolución reconocida sigo echando de menos lo antiguo, y eso es lo que me preocupa.

Añoro que un coro suene a coro, que mande el tango, que tenga fuerza, y que sea una pieza bailable y alegre. Prefiero un coro de carnaval gaditano a un musical por muy espectacular que sea.

Lo mismo me pasa con los cuartetos. Me gusta que sepan a Agüillo, que tengan rima, una historia sobre la que gire el repertorio, voz cuartetera y que los componentes lleven un reparto compensado del repertorio. No me gusta una sucesión de chistes enlazados ni un cuarteto donde un componente lidere y el resto solo actúe para ponerle en bandeja los golpes.

Y no me gustan las chirigotas que solo hacen reír. Hay que respetar la esencia, el cuplé ingenioso y la gracia gaditana. Hay que mantener el pellizco. La frase de que una chirigota tiene que hacer reír le hace mucho daño al carnaval, porque además de reír tiene que tener una serie de ingredientes que no deben quedar por debajo de ese objetivo.

Y en las comparsas también me sucede lo mismo. No solo hay que cantar bien con voces altas. Me gusta escuchar bien el tenor, que la segunda haga un dúo bonito, que la melodía sea sencilla y no me despiste del mensaje que me quiere transmitir el autor. Prefiero que se base en la copla a que lo haga en el montaje escénico o las voces…

Quizás me haya quedado antiguo. Pero así es el carnaval que me gusta, que añoro y que me hace vibrar con pasión