OPINIÓN
La segunda ola
¿Se imaginan ustedes -Dios no lo quiera- que el rebrote de la epidemia coincida con el maremoto que los sismógrafos llevan esperando años?
Nos previenen desde distintas fuentes sobre la 'Segunda Ola' de la epidemia. Se trata de informes científicos internacionales sin relación con el gobierno. Es decir, solventes. Y vaticinan un rebrote aún más virulento del maldito agente asiático a finales del próximo otoño. Según ... los pronósticos, la letalidad de esa segunda embestida -aún sin vacunas para combatirla- dependerá del desarrollo de fármacos que ayuden a controlarlo, de la preparación del sistema sanitario y, primordialmente, de que el virus no sufra alguna mutación que lo haga más fuerte mientras nosotros seguimos débiles.
En lo que respecta al acertado gobierno que nuestros vecinos han elegido para comandar el país y arruinarlo, ya están avisados; y no tendrán excusa si vuelven a colapsarse las UCIs, a caer médicos y enfermeras o se carece de medios de protección mientras se reproduce la indecencia de timos en la compra de material, empresas fantasmas y comisiones millonarias a intermediarios de ilustre apellido socialista. Si se diera el caso, podríamos hablar de responsabilidad criminal sin miedo a equivocarnos.
Estamos advertidos. Y también lo estamos, en Cádiz, de otro desastre que está por venir. No es esta la única Ola que nos amenaza.
¿Se imaginan ustedes -Dios no lo quiera- que el rebrote de la epidemia coincida con el maremoto que los sismógrafos llevan esperando años? Si el miedo al contagio nos tiene aterrados y dóciles en nuestro confinamiento, abrimos grandes curvas cuando nos cruzamos con un vecino en el portal y rezamos para que nuestro hospital no colapse… Provoca pesadillas la simple recreación de la devastación que podría producirse.
Y la cuestión, que no es menor, es saber si hay alguien, ahora, abordando este tema. Porque no es una mera hipótesis. Se trata de un hecho anunciado, con base científica , que se va a producir con certeza aunque no pueda predecirse el momento. Indeterminación que, precisamente, debería servir de acicate a cualquier administrador para trabajar en un plan de contingencia y preparación a la población, previendo todos los escenarios posibles. Si algo nos ha enseñado esta pandemia es que todo puede suceder y cambiar la vida en un solo instante.
Evidentemente, confiar ahora en el gobierno de la Nación para llevar a cabo esta tarea es absurdo. El cóctel de negligencia, incapacidad y necedad no da para más . Y visto cómo han gestionado hasta ahora la catástrofe es preferible que no se metan en esto: podríamos morir todos con una simple marea de Santiago.
De la Junta de Andalucía sabemos -a día de hoy- que está «recopilando datos e informaciones que sustenten un buen plan de preparación ante un tsunami». Lo cual, dicho por boca del propagandístico Bendodo significa lo mismo que nada. La mitad popular del gobierno andaluz está ocupada en diseñar nuevos escudos y la parte naranjita anda desquiciada buscando la fórmula que le permita seguir pagando chófer y piso en Sevilla mientras siguen empadronados en Sanlúcar. O sea, que no contamos tampoco con ellos.
¿Y nuestro ayuntamiento? ¿Qué está haciendo al respecto? Conociendo el carácter laborioso e infatigable de nuestro regidor es de suponer que durante esta relajación de la actuación municipal -forzada por el estado de alarma- tendrá ocupados a sus once asesores (40.000 € de sueldo medio anual) para elevar esta preocupación, al menos, al mismo nivel de importancia que tiene para el acalde la publicación de monumentos en instagram o remitir una carta al Ratoncito Pérez .
En definitiva: que volvamos a confiar en la Virgen de la Palma para que ninguna de las Segundas Olas llegue … al Puerta del Mar. Nos va la vida en ello.