José Colón
Cádiz suma
Anda el mundillo político revuelto. Con las elecciones regionales a la vuelta de la esquina y a un año vista de las elecciones municipales
Anda el mundillo político revuelto. Con las elecciones regionales a la vuelta de la esquina y a un año vista de las elecciones municipales (y veremos si también nacionales, al albur de lo que suceda en Andalucía el próximo 19 de Junio), los partidos comienzan ... a entrenar la defensa en zona con gran proporción de codazos y prevención ante la aparición de palomeros. Es en estas temporadas previas cuando conocemos a nuestros insignes representantes -otrora ausentes o silentes- gracias al derroche de creatividad, la alucinante falta de vergüenza y la escalada de adulaciones al líder en cuantas redes sociales manejen y apariciones públicas puedan aprovechar. ¡Que no está la cosa para ponerse a contribuir!
Mientras, y en referencia a nuestra castigada ciudad, los mentideros hierven con rumores de actuación política por parte de varios sectores de la sociedad civil (que no es sino un conjunto de ciudadanos libres de servidumbre e interesados en la mejora social) y la aparición de unas llamadas «plataformas» que no pueden enmascarar su proveniencia ni la sospecha sobre su supuesto interés general. Como tampoco su anterior servilismo a unas directrices que poco -o nada- beneficiosas resultaban para una ciudad que tanto parece preocuparles hoy.
Al margen del crédito que merezcan las distintas «corrientes» que, al parecer, tratan de desembocar en San Juan de Dios con el ánimo, compartido, de detener la ruina que nos ha provocado la escombrera gobernante, lo cierto es que su simple existencia encuentra su causa en el fracaso de la política ortodoxa. De los partidos. Y de quienes los integran.
Que al día de hoy exista algún temor ante una posible repetición de victoria electoral por quien ha convertido esta ciudad en una letrina no puede significar sino la inutilidad, ineptitud e incompetencia más absoluta de quienes se proclaman representantes de la Oposición. Jamás pudo ser más fácil esa labor -desde que el comparsista empuñó el bastón de mando, todo se ha ido desfondando para todos- y la falta de talento y capacidad para movilizar a una ciudadanía vejada, frustrada y deprimida se estudiará en facultades de política y sociología dentro del epígrafe «dedíquese a otra cosa o estudie, concejal».
Por eso no solo es comprensible, sino incluso deseable (en realidad, es una pequeña esperanza para muchos) que cobre forma alguno de estos proyectos «autónomos». De hecho, lo verdaderamente favorecedor sería que todos los bocetos confluyeran en una sola propuesta. Una suerte de «Cádiz Suma» que debería ser dirigida y proyectada por esos ciudadanos valientes y comprometidos y a la que los partidos con representación tan huera como se ha demostrado (Popular y Ciudadanos, antes de que nada tengan que decir) se limiten a facilitarles logística, porque ya han acreditado su incapacidad para seducir al personal. Evidentemente, excluyo de esa participación al PSOE, porque se trataría de un programa político que tuviera como beneficiaria a la Ciudad. Y ese partido se ha venido auto-descartando en cada lance en que ha tenido oportunidad de hacer algo al respecto. Es decir, que ni está ni se le espera.
Sin embargo, los nombrados sí tienen mucho a su favor para formar parte desinteresada de esa propuesta ciudadana. Porque sus líderes locales se llenan la boca diciendo «Cádiz, lo primero».
¿O no?
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