Banderitas
Nunca he sido un «patriotero» al uso y, gracias a Dios, he viajado y leído lo suficiente como para entender, por una parte, que nuestro solar patrio es tan bueno –o tan malo– como lo puedan ser muchos; y, por la otra, que somos afortunados de vivir en uno de los mejores
![José Colón: Banderitas](https://s2.abcstatics.com/media/opinion/2022/03/21/v/bandera-kTKB--1248x698@abc.jpg)
Andan los idiotas regocijados porque las personas normales de este país están escandalizadas por el asunto de la bandera boca abajo. A estas alturas, ya conocerán todos que el presidente de “nuestro” gobierno acudió a una cena cuyo anfitrión reina sobre un país que desampara ... a niños que, desesperados, se meten entre los ejes de un camión para escapar de allí. Y que el de la chilaba ordenó al primer ministro de nuestra nación sentarse bajo la bandera rojigualda con su escudo boca abajo, sin que se le oyera a Pedro un solo mugido, en una muestra de cobardía, sumisión y traición al Estado que no conoce igual desde las andanzas de la familia Borbón a principios del Siglo XIX. «¡Es solo un trapo!», dicen los simples riéndose en manada. «Se trata de un error insignificante», corean las formadas bases electorales que permiten que este digno país esté gobernado por gente indigna desde el 2 de Junio de 2018.
No se aburran, no pretendo emular a Menéndez Pidal. Nunca he sido un «patriotero» al uso y, gracias a Dios, he viajado y leído lo suficiente como para entender, por una parte, que nuestro solar patrio es tan bueno –o tan malo– como lo puedan ser muchos; y, por la otra, que somos afortunados de vivir en uno de los mejores. De hecho, es un lugar tan bondadoso que se ampara, protege y respeta a quienes reniegan de él o lo desprecian, cuando en la mayoría del «Club Internacional Selecto» esos mismos renegados serían considerados «imbéciles» o, simplemente, perseguidos por la Ley.
¡Claro que una bandera es un trapo! Ha sido así desde que se inventaron en Asia, porque tenían seda y eso permitía que ondearan, lo que las hacía más visibles en múltiples ángulos, en contraste con las insignias de cuero, metal o lana de persas, egipcios o romanos, por poner ejemplos. Y el color de esos trapos variaba según el escudo de armas de los reyes locales, que solo defendían su dominio sobre gentes y territorios sin importarles una higa el destino de esos súbditos y tierras más allá del valor que pudieran reportarles como mercancía.
Hoy una bandera tiene otro sentido (tanto como el que ha perdido cualquier monarquía, menos la alauita): el de representar al conjunto de ciudadanos que se han dado a sí mismos una ordenación, una ley y unas normas de convivencia que les permite desarrollarse como libres e iguales. En España, hoy, somos hijos de la Constitución de 1978 y, aunque yo particularmente piense en otra estructura de Estado, otro sistema de gobierno y otro régimen de libertades, derechos y obligaciones, acepto y acato el marco de ese texto. Entre otras cosas, porque pienso que mis padres, mis tíos, mis vecinos y mis profesores no eran una panda de discapacitados mentales que no sabían qué hacían con su voto; y porque el transcurso del tiempo y la acaparación de conocimiento nos ha dejado claro –a todos– que el más torpe e indocumentado de quienes elaboraron, trabajaron y pactaron para cerrar el texto regulador daría sopas con ondas al más ilustrado y «preparado» de la caterva parlamentaria actual.
Aquella gente eligió la bicolor como representación del Estado Social y Democrático de Derecho que propugna como valores superiores la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo (artículo 1) y como tal representación nos incluye –y nos protege– a todos, nos guste o no la combinación cromática.
Una bandera boca abajo (cualquiera) es símbolo universal de desprecio hacia el país que representa. Y si bajo la bandera puesta del revés posa sonriente un mandatario de dicho país, es claro el mensaje de rendición. Y de Traición. No importa que la franja sea roja o morada ¿O acaso creemos que las bombas de los trenes, aquella mañana de Marzo, seleccionaban el color de la banderita?
Y algún valor tendrán los trapos si pululan por ahí los mermados que resumen su acción de gobierno en la esquizofrénica colocación de telas multicolores allá donde su incapacidad sea más visible. Digo yo.