Opinión
Aniversario
Ha sido un año intenso, exigente por mor de la trepidante actualidad
Varias personas queman contenedores en la protesta llevada a cabo por los CDR con motivo del tercer aniversario del 1-O, en Girona.
Hace ya un año que el director de La Voz de Cádiz me brindó la oportunidad de dirigirme a ustedes semanalmente a contarles mis cuitas. El reto se antojaba apasionante y arriesgado, pues el nivel de los colaboradores de ésta cabecera y la calidad de ... sus escritos convertían cualquier borrador de ideas en un desafío. Y, consciente de mi desventaja, he tratado de responder a aquella generosidad procurando no desmerecer la confianza depositada y sin más pretensión que entretenerles un rato cada lunes.
Comencé denunciando la podredumbre moral de la calaña que se manifestaba bajo la cortina de humo separatista, aprovechando mi condición de testigo presencial de los acontecimientos vividos en el aniversario del 1-O. Hoy, un año después, continúan los mismos idiotas defendiendo una república inexistente porque a las bestias taradas que los alientan a apretar les conviene mantener un statu quo que les permita carcajearse con una paga vitalicia pagada por «el estado» mientras sus conmilitones mantienen su incapacidad genética para la sonrisa.
También expuse el desconcierto que me producía el hecho de que uno de los mayores fiascos de la política local -personaje gris, fracasado e inepto- lograra soslayar cualquier concurso de méritos y encontrara empleo como «asesor» del Congreso de los Diputados sin que el contribuyente pudiera conocer la cifra del mismo. Un año después, cual magnífico tahúr, encontramos al personaje dirigiendo el mayor chiringuito de la Provincia de Cádiz y percibiendo un salario bastante superior a la pensión vitalicia del inhabilitado molt honorable, aunque continúe necesitando la ayuda de un número de asesores tan incierto como su currículum.
He denunciado la estafa protagonizada por formaciones políticas que se vendieron como faros reformadores y, a las primeras de cambio, se desvelaron como oscuros adoradores de Nepote, comprometidos con la dedocracia y con dependencia severa de la moqueta como medio de vida. De igual manera, en la línea del fraude, he advertido sobre la solidez de los principios de quienes dicen tenerlos mientras cambian de chaleco con cada copa de Campari que descuentan del presupuesto engordado por la recaudación correspondiente. Un año después -y a pesar de guerras internas- aquellos siguen utilizando chófer para hacer el trayecto Sanlúcar-Sevilla y estos siguen tomando el aperitivo desde una dirección general.
Embustes, desmanes, desfalcos, comparaciones con lo que sucede en otros lugares … y seguimos en las mismas. Un año después, continuamos aceptando lo que nos echen para rumiarlo, aunque llevemos mascarilla.
Me han tachado de alarmista (y de cosas peores) quienes leyeron mi artículo sobre «La Segunda Ola». Y me he granjeado grandes simpatías entre quienes se consideran acérrimos socios cegatos (manque pierda) del Partido de la Honradez Centenaria, que ha dado a esta Provincia tantos hitos dignos de confianza.
Pero no todo ha sido ardor de estómago. He tenido el honor de poder dedicar mis modestas letras a un auténtico tipo íntegro, que dejó la política cuando olió la putrefacción a tiempo; me atreví a recordar la valía de Pemán frente al ataque de un don nadie engreído; y me desnudé ante ustedes una Noche de Reyes en la que a mi alma le faltó el abrigo. También les hice partícipes de mis recuerdos de infancia, que suplieron aquél desamparo cuando regresé a la Patria de mi Felicidad durante el pasado verano.
Ha sido un año intenso, exigente por mor de la trepidante actualidad. A ésta debo agradecerle el haberme procurado tanto exceso temático que me ha impedido aburrirles más de la cuenta. Y les estoy emocionadamente agradecido a ustedes por perder su tiempo en leerme cada semana.
Y, evidentemente, no puedo dejar de agradecer a mi alcalde la enorme inspiración que ha supuesto su figura y excelsa obra para ayudar a este modesto columnista a cumplir su compromiso con el periódico. El excelentísimo ha sido, en muchas ocasiones, la musa que, con su manto, ha cubierto mi carencia de talento. Gracias, de corazón. Pero, de verdad, no hace falta que inspire tanto…
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