Yo acuso

Mª Jesús de León Morgado. Presidenta Junta de Personal Docente No Universitario por USTEA

Mª Jesús de León Morgado

Nada que ver con la carta abierta publicada en primera plana de ‘El Aurora’, por Émile Zola, en defensa de Alfred Dreyfus. Esta va dirigida al Delegado de Educación, Miguel Andréu Estaún, y a su jefe de Planificación Educativa, Joaquín Mateo. Y mi alegato va en favor de Blanca D, una niña de apenas 8 años residente en Tarifa . Sus padres, ambos docentes, tuvieron un terrible accidente de tráfico a principios de enero, en el que un vehículo conducido por una persona que dio positivo en estupefacientes les arrolló al invadir el sentido contrario. Dos amigas que les acompañaban fallecieron en el acto, y ellos quedaron gravemente heridos al sufrir diversas fracturas de vértebras. Blanca, y su hermana, que tiene 10 años, tuvieron que trasladarse a Loja, mientras sus padres permanecían hospitalizados y en proceso de recuperación. Allí reside la abuela materna que sería quien se encargaría de los cuidados, y allí fueron escolarizadas. A pesar de que ambos grupos del colegio de Loja donde fueron matriculadas ambas hermanas superaban la ratio, fueron admitidas al permitir la ley un 10% de excepcionalidad por causas mayores, como es sin duda ésta. Allí han estado todo el segundo trimestre, mientras sus padres se recuperaban.

Pero tras Semana Santa decidieron volver a Tarifa e intentar que la familia recuperase la ansiada «normalidad», tras esta experiencia traumática durísima, en el que las niñas fueron quienes más sufrieron los cambios. Y aquí, un nuevo infierno. La plaza de la pequeña en su colegio de toda su vida escolar, la que tenía por matrícula en este curso hasta el fatal accidente de sus padres, ha sido ocupada. La Delegación se niega a admitirla en ese centro porque superaría en una plaza la ratio, y la envía a otro de Tarifa. Tercer colegio en un solo año para Blanca, con sus 8 años, con toda la dura experiencia vivida. Toda la comunidad educativa del colegio Nuestra Señora de la Luz, el colegio de Blanca, están deseando admitirla y así lo exponen a Planificación Educativa: padres y madres, tutor, dirección, inspectora del centro… Recogen firmas, hablan con planificación. Quedan solo dos meses y medio de curso. La plaza ocupada quedará de nuevo en breve libre pues está ocupada por un niño cuya madre está temporalmente trabajando en Tarifa. Pero la negativa persiste. Es realmente kafkiano. Nadie en Delegación se para a hacer un informe psicológico de lo que esta pequeña necesita. Es un número. Blanca de repente es el número que llevamos años denunciando desde la Junta de Personal que presido y el sindicato al que represento. Centenares de aulas superan desde hace años la ratio permitida en esta provincia, al hacer norma precisamente la excepcionalidad que en este caso SÍ habría que haber aplicado: un 10% de más cuando son causas excepcionales, por traslado de la unidad familiar.

Se da la paradoja de que la plaza de Blanca es la suya, donde se matriculó este año, donde lleva toda su vida escolar asistiendo. Y en Delegación, de repente, no pueden resistirse a cumplir la norma, saltándose la excepcionalidad permitida, como siempre hemos denunciado. En Jerez, en este último enero, dos hermanos en una similar situación sí fueron matriculados en un mismo colegio ¿Por qué Blanca no, si era esa su plaza de toda la vida? ¿Por qué Blanca debe seguir sufriendo la ineptitud de un Servicio de Planificación Educativa y de un delegado de Educación que manejan la ley a su antojo, superando ratios cuando les interesa, sin escrúpulos, sin humanidad, convirtiéndola en un número, sin tener en cuenta sus necesidades e intereses como menor? ¿Tiene algo que ver que su padre sea delegado sindical de una de las organizaciones que ha llevado a esa Delegación a Fiscalía por incumplir la norma sistemáticamente, incluso en un año de pandemia? ¿Es una venganza de Andréu y Mateo sobre una niña inocente, de 8 años, que desde este pasado lunes asiste a un nuevo colegio, el tercero de este curso, tras sufrir una situación de shock traumático por el accidente de sus padres que salvaron la vida milagrosamente, pero que han quedado con duras secuelas?

Ahí dejo estas preguntas.

Yo acuso. No juzgo.

La vida –y espero que los tribunales– les juzgarán.

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