Jesús Casas Carbajo

Familia monomarentales

No todas las mujeres son iguales, ni todos los hombres; dentro de una misma persona hay también diferencias se puede tener mucha memoria visual, pero poca auditiva, se puede ser muy inteligente y poco creativo o viceversa, etc

Jesús Casas Carbajo | Doctor en Filosofía

La Sra. Ministra de igualdad, ha propuesto llamar familias monomarentales a las familias que están a cargo de un solo progenitor al entender ella que si las llamamos monoparentales nos estamos refiriendo solamente al padre y, claro, para ella es un ... sesgo machista, sin caer en la cuenta de que monoparental procede del latin parens-ntis que el diccionario latino-español y español-latino de la editorial Bibliograf S.A. (1986) la define como masculino y femenino, padre, madre, abuelo o antepasado, es decir pariente, y un pariente puede serlo tanto la madre como el padre. En este artículo pretendo aclarar varios conceptos utilizados actualmente de forma incorrecta, tales como: El concepto de igualdad, el de violencia de género y el Empleo del masculino y femenino como signo de igualdad.

Pero vaya por delante que con él no pretendo ni ridiculizar ni mucho menos ofender o hacer burla de la Sra. Ministra, que, dada su juventud, sólo tiene treinta y dos años, ha podido ser mal informada, sino que pretendo tenga un carácter didáctico.

Empecemos por el concepto de igualdad

Todos iguales, pero todos diferentes, decía un conocido autor. Esto significa que todos tenemos una dotación genética que nos hace ser humanos, pero es tal la cantidad de posibilidades de combinarse que tienen los genes que el gran genetist Dobzhasky afirmó que «Es evidente que, únicamente una mínima parte de todas las combinaciones posibles de genes ha sido realizada o será realizada en el mundo». Hasta en los gemelos homocigóticos, aunque físicamente sean prácticamente iguales, siempre hay un pequeño detalle que los hace diferentes, esto en lo referente a la parte orgánica, pero también se diferencian en el carácter, personalidad, etc, debido a la diferente interacción con el ambiente que cada uno realiza.

Esta existencia de diferencias entre los seres humanos que ha sido reconocida a lo largo de la Historia y en todas las Culturas, son tanto de tipo cualitativo como cuantitativo, intragrupales e intergrupales, interindividuales e intraindividuales.

Hay personas rubias, morenas, más altas, menos altas, más inteligentes, menos inteligentes, más creativas, menos creativas. No todas las mujeres son iguales, ni todos los hombres; dentro de una misma persona hay también diferencias; se puede tener mucha memoria visual, pero poca auditiva, se puede ser muy inteligente y poco creativo o viceversa, etc.

Aunque acabamos de señalar que las diferencias humanas han sido reconocidas siempre, el conocimiento y la investigación científica-experimental es de fecha reciente constituyendo el objeto de la psicología diferencial que se preocupa .de la naturaleza y extensión de las diferencias, de sus causas, así como de los efectos del entrenamiento y de desarrollo en ellas, cosa que la Sra. Ministra, como licenciada en Psicología debería saber.

Por lo tanto, al ser todos diferentes, la igualdad no consiste en querer que seamos todos iguales, sino en que todos tengamos los mismos derechos y por esto es por lo que hay que luchar, doña Irene.

En España las mujeres han tenido igualdad con los hombres desde hace mucho tiempo. Yo soy funcionario desde 1963 y teníamos los mismos derechos los hombres y las mujeres. Es verdad que no en todos los ámbitos los tenían, ni aún ahora los tienen todas las mujeres y por eso es por lo que hay que luchar y se justifica plenamente que exista un Ministerio de Igualdad, pero sin olvidar que para defender la igualdad de derechos, no la de pensamiento, ni la de la forma de vestir ni la de tener las mismas aficiones, etc, La igualdad no consiste en que se nombre siempre el masculino y el femenino, como veremos más adelante.

Hablemos ahora del concepto de violencia de género

El lenguaje es un instrumento de comunicación del ser humano para expresar lo que piensa y lo que siente por medio de la palabra y se compone de un sistema de signos y de unas reglas para utilizarlo. El lenguaje es una capacidad propia del ser humano y es consecuencia de una de las diferencias del alma humana: la capacidad de crear símbolos, como los del lenguaje, los números o las notas musicales. He dicho diferencia del alma humana, porque desde Aristóteles sabemos que todo ser viviente tiene alma: la vegetativa propia de la plantas, la sensitiva de los animales y la racional del ser humano, todas son almas, porque esta palabra se deriva de la latina anima que significa principio de vida, pero son diferentes y como he señalado una de las diferencias del alma humana con respecto a las otras es el lenguaje, que como tal instrumento tiene unas reglas para que resulte eficaz. Una de esta se refiere al género. Éste es una característica de los sustantivos, pronombres y de algunos adjetivos. Los sustantivos sólo tienen dos géneros, masculino o femenino; algunos adjetivos y pronombres pueden ser del género neutro. Por ejemplo: el sustantivo baúl es masculino, pero el sustantivo maleta es femenino; el adjetivo negro es masculino y el adjetivo negra femenino, pero también existe lo negro, que en este caso es del género neutro; el pronombre posesivo mío es masculino, pero mía es femenino y lo mío neutro. Hay también un pequeño número de sustantivos que se pueden combinar con adjetivos y determinantes de ambos géneros y pueden ser de género ambiguo como: el agua-la agua, el calor- la calor, el mar-la mar y se refieren a seres inanimados o asexuados. Y de género común que se refieren a personas o animales y presentan una sola forma para referirse a ambos géneros, como: el pianista-la pianista, el presidente-la presidente, el analista- la analista, están también los epicenos que tienen una forma única y pueden ser masculinos o femeninos, como lince, tiburón, hormiga o perdiz, pero tanto unos como otros son conceptos gramaticales, por lo que la violencia de género es un concepto erróneo, los sustantivos, los adjetivos y los pronombres no se pelean entre sí. Para la Real Academia lo correcto sería violencia doméstica o violencia machista y el diccionario panhispánico de dudas, prefiere discriminación o violencia de sexo o discriminación o violencia contra las mujeres. Con esto se demuestra que el concepto utilizado de violencia de género no es correcto desde el punto de vista lingüístico, no porque un partido político, que no sé si es el caso, lo opine.

Entonces ¿por qué se utiliza esta expresión? A esto el Instituto Cervantes en su obra Las 500 dudas más frecuentes del español, opina que la citada expresión es un anglicismo originado por la traducción del término inglés gender que se refiere tanto al sexo como al género, es decir, a un concepto biológico y a otro gramatical y como parece ser que la forma más parecida en español es género, se ha utilizado ésta originando una gran ambigüedad, ya que la violencia puede ser contra un hombre o contra una mujer, ya que el citado término inglés al referirse al sexo, se puede referir a cualquiera de ellos. Por lo que lo correcto sería utilizar una de las formas de la Academia y el Diccionario citados.

Terminemos con el Empleo del masculino y femenino como signo de igualdad

Hay una costumbre muy extendida a utilizar siempre el masculino y el femenino: ciudadanos y ciudadanas, niños y niñas, maestros y maestras, etc. Estas expresiones son correctas, pero hacen farragosa la conversación o la lectura. Imaginemos que estamos escuchando una conferencia y que el orador hace uso de ellas nombrando siempre el masculino y el femenino lo que origina una mayor extensión de la conferencia con el consiguiente cansancio de los oyentes e incluso la difícil comprensión del contenido de la charla; lo mismo ocurre si se trata de un artículo periodístico o de un libro.

Al hablar del lenguaje como instrumento de comunicación humana. Dijimos que este instrumento tenía unas reglas para que resulte eficaz. Pue bien, una de ellas es la que dice que el masculino si se usa en plural, deja de ser masculino para referirse a los dos géneros, para mayor claridad del texto o del discurso. Si yo digo: Los niños de este pueblo son muy listos, me estoy refiriendo a los niños y a las niñas. Pero si digo las niñas de este pueblo son muy listas, estoy excluyendo a los niños varones. Esta regla está pensada para evitar las duplicidades que pueden dificultar la comprensión, pero como he dicho al principio no son incorrectas. Sin embargo, a pesar de esto, por utilizar siempre los dos géneros no se defiende la igualdad de derechos, es simplemente una forma de hablar. Para defender dicha igualdad hay que promulgar leyes que la defiendan y ponerlas en práctica.

Espero que se hayan aclarado estos conceptos y utilicemos el lenguaje de una forma más adecuada y que la Señora Ministra no tenga ya reparos en llamar monoparental a las familias que están a cargo de un solo progenitor, sea éste la madre o el padre.

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