Javier Fornell

Riesgo en los pasos de peatones

Una ciudad plenamente adaptada a la nueva realidad conlleva que las zonas con pasos de peatones no regulados por semáforos sean seguras

Javier Fornell

Decir que la ciudad de Cádiz está siendo ganada por el peatón es una obviedad. La peatonalización del centro es una realidad que ha recluido los coches a la ronda exterior. Sin embargo, con la nueva forma de convivir coches y peatones, con ciclistas y ... patinetes, comienzan a aparecer nuevos problemas. Y el principal es la falta de visibilidad en los pasos de peatones, por los que muchos viandantes cruzan sin miramiento.

Si bien, durante el día, no hay problema con ello, pues la luz es suficiente para que un conductor pueda frenar (salvo que vaya a velocidad excesiva o el peatón salte de pronto frente a él), por la noche los riesgos de atropello se multiplican. Se unen otros factores propios del siglo XXI. Muchos de quienes pasean por las calles, al ir solos, tienden (tendemos) a usar los teléfonos móviles como entretenimiento, retirando la mirada de la calle.

Es curioso, ya que el fenómeno es algo que se repite a lo largo y ancho del planeta y se ve tanto en la calle como en lugares de ocio. El teléfono se ha convertido en un apéndice de nosotros mismos y nuestra mente parece necesitar mirarlo cada poco para sentirse activa. El problema surge cuando, al ir por la calle, perdemos la noción de lo que ocurre a nuestro alrededor, sin importar que sean otros viandantes o un vehículo.

Y es ese problema el que tendría fácil solución si desde el consistorio gaditano se tomasen medidas que ya se ven en ciudades cercanas. Por ejemplo, en Conil podemos ver como cambian las luces de aviso de los pasos de peatones cuando es cruzado. De esta forma, de una manera muy visual, los conductores saben que se están acercando a una zona de posible paso e, incluso, pueden ser advertidos de la llegada de una persona al lugar.

En Cádiz no ocurre esto. Todo lo contrario. La visibilidad en las zonas de trafico es cada vez más reducida. Muchos semáforos quedan cubiertos por las ramas de los árboles; amén de que los apagones son frecuentes en diversos barrios y calles, por no sé sabe qué motivo. Por eso, es fundamental que la ciudad, que ha apostado por el peatón, comience a preocuparse por su seguridad.

Una ciudad plenamente adaptada a la nueva realidad conlleva que las zonas con pasos de peatones no regulados por semáforos sean seguras. Y, desgraciadamente, no lo son. Muchos pasos están semiborrados del asfalto. Las señales verticales están, en muchas ocasiones, ocultas por vegetación u otros vehículos, con lo que circular a pie o en coche por el Campo del Sur o la Alameda (dónde, además, el carril bici ha terminado haciéndose con parte del acerado) se convierte en una opción de riesgo.

Es necesario que el Ayuntamiento tome cartas en el asunto y además de continuar con su progresiva campaña de quitar los coches de la ciudad, realice una labor de adecuación de la calzada para mejorar la seguridad de todos. Y eso sin hablar de el problema de los patinetes eléctricos circulando a toda velocidad por calles, aceras y cruces. Por eso es fundamental que se tomen medidas reales y prácticas antes de que tengamos que lamentar una verdadera desgracia.

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