Revisando monumentos
Dice Paco Cano que se va a realizar un estudio sobre los monumentos de la ciudad y que se posteriormente se trabajará para ver que mantenimiento necesita
Dice Paco Cano que se va a realizar un estudio sobre los monumentos de la ciudad y que se posteriormente se trabajará para ver que mantenimiento necesita. Por supuesto, dice, no se van a realizar cambios ni se va a retirar ninguno ya que quieren ... revisar «críticamente los monumentos, ver los valores que transmiten y si estos son correctos». Y eso, visto lo visto en el pasado con este equipo de gobierno, da mucho miedo.
Es cierto que tenemos monumentos que nos sirven más para reírnos que para mejorar el entorno de la ciudad, como el Queco y la Queca; otros son grandes obras de artes, cargadas de simbolismo, que deben cuidarse y mantenerse, como el monumento al Marqués de Comilla situado en la Alameda. Y otros muchos, tanto esculturas como edificios monumentales, que muestran una cara lamentable.
Al pasear por la ciudad mostrando esos monumentos, me pregunto qué será lo que pretende hacer. Después de 7 años de abandono de nuestro patrimonio local, ahora plantean un plan para estudiarlas, reuniéndose con profesionales e historiadores para ver qué hacer con ellas. Eso es la esperanza que nos queda. Viendo el escaso éxito que tienen sus consultas populares y el poco crédito que ofrecen a quienes participan, algo me dice que ese estudio critico irá para largo y que no estamos más que ante otra cortina de humo del gobierno local para acallar el verdadero estado de la ciudad y su patrimonio.
Solo hay que ver el lamentable estado del Monumento a las Cortes, que no ha tenido mantenimiento en estos años y que hasta hace unas pocas semanas continuaba sin contar con la espada caída hace casi un año. O el citado monumento a Comillas; pero solo hay que dar un paseíto gaditano para comprobar la suciedad y deterioro de nuestro patrimonio con dos elementos que son referentes del abandono: el Casino Gaditano y la pérgola de Santa Barbara. Cierto que no son dos esculturas, pero forman parte del patrimonio municipal y se encuentran en zonas de gran visibilidad.
En el caso del primer edificio, al abandono exterior se une el olvido que sufre su maravillosa biblioteca. Por suerte, la mano privada sigue manteniendo uno de los patios más mágicos de la provincia. Respecto al segundo, si bien no seré yo quién defienda su construcción, una vez hecho debería mantenerse. O visto lo visto, tirarse para evitar daños mayores.
Lo más curioso de este espacio es que se ha convertido en la representación perfecta del Ayuntamiento referente al patrimonio. Al no interesarle mantener un espacio que fue referente de la última legislatura del PP, dejaron que cayese en el olvido; permitió que fuese ocupado por sin techos y, finalmente, tras un primer incendio, dejó que terminase de caerse. Sin darse cuenta que es el mismo proceso que llevan las murallas (que sí, que dependen de costas), el Balneario de la Palma, el castillo de San Sebastián, y un largo reguero patrimonial ejemplos del abandono que sufre la ciudad.
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