Javier Fornell
Nuevo curso
Septiembre nos ha cogido en pleno repunte y vemos como el 'bicho' vuelve a afectar a nuestros vecinos y comenzamos a sentir y ver fallecidos, infectados y confinados
Se acabó lo que se daba y el verano ha llegado a su fin. Vuelve la rutina y debería volver la normalidad . Esa que tenemos desde que hace 6 meses el presidente del gobierno, que también vuelve de sus vacaciones, anunciase que el ... covid19 llegaba a nuestras vidas.
Unas vidas que han cambiado tanto como los colegios en este curso 2020/21 . Padres y, sobre todo, profesores, se han dejado el ingenio en convertir la vuelta de los peques en un juego divertido y no en un pasillo de miedo. Miedo, claro, que ni los más alegres colores lograran evitar, sobre todo viendo como ya se cierran aulas y centros en toda España y también en nuestra provincia.
Una provincia que ha sobrellevado el verano mejor de lo esperado gracias a mostrarse libre de coronavirus durante los meses más calurosos. Sin embargo, septiembre nos ha cogido en pleno repunte y vemos como el 'bicho' vuelve a afectar a nuestros vecinos y comenzamos a sentir y ver fallecidos, infectados y confinados. Pero muy lejos de lo que vivimos hace meses y con mucho más conocimiento y pruebas PCR que multiplican por mucho los contagiados.
Por desgracia, lo peor está por llegar . Este verano, muchos negocios han sido capaces de superar el chapuzón en esa falsa calma que precede a las tormentas. Y las nuestras llegarán en los meses venideros, cuando Airbus indique cuántos gaditanos de sus 1600 trabajadores españoles se irán al paro. Cuando los ERTEs lleguen a su fin y muchos empresarios se vean obligados al cierre por el cierre forzado.
No caeré en el error de ser un capitán a posteriori, pero seguramente si nuestro país no se hubiera confinado de mala manera y completamente ahora estaríamos en otro lugar . El gobierno y sus fanáticos se encargaron de meternos la idea de que 'la salud está antes que la economía' y con esa letanía acallaban las voces. Pero la realidad es que nuestros vecinos no hicieron cierres tan brutales y su situación económica y sanitaria es mejor que la nuestra.
Ahora nos toca salvar los pocos muebles que nos quedan y para eso necesitamos lo que no hemos tenido: un equipo de expertos que aconseje a este inexperto e incapaz gobierno social-comunista que parece más interesado en mantenerse en el sillón que en mantener activo y vivo a este país.
Un país que no puede permitirse otro cierre. Que no tiene capacidad económica para seguir avanzando a pulmón y cuyos ciudadanos ya no pueden dar más de sí. Pienso en los que, como yo, son autónomos que sin prácticamente ayuda han hecho frente a todos sus gastos profesionales; pienso en los parados de larga duración y en los que sí necesitan realmente una renta básica que es tan falsa como la coherencia ideológica de Pablo Iglesias.
Quizá, de esta forma logren sacarnos de una pandemia que es tan cíclica como las crisis económicas (en Cádiz, en el siglo XIX se perdieron 70.000 vidas por las fiebres) pero el problema vendrá después. que cuando queramos darnos cuenta de la mala gestión y tengamos que comenzar, de nuevo tras un gobierno socialista, a reconstruir el país.