Javier Fornell

‘Nihil cognitum quin praevolitum’

Yo también, como don Miguel, creo que sólo el deseo nos hace crecer, conocer, amar, avanzar

Javier Fornell

Hace un tiempo leí ‘ Niebla’ de Unamuno , y su frase «nihil cognitum quin praevolitum» («sólo se conoce lo que se desea») me llamó poderosamente la atención por la verdad que se esconde tras ella. Yo también, como don Miguel, creo que sólo el ... deseo nos hace crecer, conocer, amar, avanzar. Mientras que desear sólo lo conocido nos convierte en conformistas estancados en nuestras vidas y nos impide abrir nuestras mentes, mirar más allá de nuestros limites existenciales.

Desear algo, luchar por conseguirlo, o construirlo con tu propio sudor, es el verdadero motor del crecimiento humano. Y, cuando alcanzas tus metas y descubres si es lo que buscabas o no, hay que seguir adelante. Así, hasta el último día de nuestras vidas. Sin pensar si lo alcanzado terminó en fracaso o triunfo ya que, cada deseo conocido, nos hará más ricos, sabios y, por tanto, mejores.

Cada paso nos habrá obligado a avanzar conociendo nuevas metas, abriendo nuevos caminos. Así que, como Augusto, yo también me digo en mi vida «nihil cognitum quin praevolitum». Deseo conocer nuevos destinos, buscar nuevos objetivos, crecer en sapiencia, creer en lo que vendrá aun sin saber que se esconde tras el recodo de la vida.

Es curioso que sea precisamente ahora cuando esa frase se repite una y otra vez en mi cabeza. Justo cuando la situación nos hace menos proclives a luchar por nuevas metas; cuando la pandemia y el Covid nos han causado tanto hastío que la fatiga mental comienza a apoderarse de cada uno de nuestros días, esta frase vuelve a mi mente.

Y lo hace con fuerza, obligándome a mirar al pasado y al futuro. Al pasado para ver los errores cometidos, las decisiones equivocadas y acertadas y el desarrollo de la humanidad ante crisis como la que vivimos.

A futuro ya que es la única forma de romper el conformismo y pasividad en el que caemos cada día que pasa. Sabiendo, además, que económicamente lo peor está por llegar.

Pero cuando la crisis se hace más fuerte, cuando el miedo al futuro nos atenaza, es cuando debemos dar el salto adelante. Es entonces cuando debemos salir de la niebla y repetir como un mantra el «nihil cognitum quin praevolitum» para llevarlo a cabo. Si solo se conoce lo que se desea, debemos desear una vida de alegrías, en la que los viajes, el ocio, la familia, los amigos se conviertan en el eje de nuestra existencia desterrando palabras como fatiga pandémica, Covid, ERTE, paro, crisis...

Necesitamos mirar al futuro con optimismo para crear las herramientas necesarias para salir del pozo negro al que socialmente parecemos destinados en estos días.

En un mundo totalmente globalizado en el que un accidente náutico en Egipto paraliza la producción en Escandinavia, somos nosotros como individuos los que tenemos que luchar por alcanzar nuestros objetivos.

El mundo, dominado por leyes y gobiernos nacionales y supranacionales, nos ha terminado convirtiendo en meros números de identificación impersonales. Pero cada uno de nosotros tenemos un mundo en nuestro interior y las herramientas para alcanzar nuestras metas.

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios