Javier Fornell
Ya es Navidad en Kichilandia
Reconozco que los tiovivos dan un colorido curioso al centro pero «la pista de hielo sintético no dañina para el medio ambiente» realmente es una pista de plástico que termina siendo un atrapaniños y provoca heridas
Hasta ahora, la Navidad comenzaba con las campañas de un conocido centro comercial. En una de sus sedes en Madrid, incluso, se organizaba una gran sarao infantil-navideño que congregaba a numerosas personas. Pero este año, la empresa ha decidido que la salud está ... por encima del disfrute y que no se realizarán los pases de navideños. Todo lo contrario de lo que ocurre en nuestra ciudad.
Durante los años de Alcaldía de José María González , las críticas en Navidad han sido constantes: alumbrado pobre y tardío, prácticamente sin atracciones extras para los visitantes y un largo etcétera. Pero este año, quizá porque se sienta más afín a Papá Noel, ha decidido regalarnos la mejor Navidad del mundo y este mismo jueves (lo que viene siendo hoy) se inaugura el alumbrado navideño. Claro que, parece olvidar, que sufrimos un toque de queda y que los comercios y bares deberán cerrar a las 6 de la tarde, hora en la que aún tenemos algo de sol en esta ciudad.
Pero, no solo eso, si no que dispuesto a tirar la casa por la ventana y para compensar a los comerciantes y hosteleros, a los que hace la vida imposible el resto del año, ha decidido que volveremos a tener pista de hielo y tiovivos de época. Reconozco que los tiovivos dan un colorido curioso al centro, pero la pista de hielo sintético no dañina para el medio ambiente realmente es una pista de plástico que termina siendo un atrapaniños y provoca heridas.
Con un problema añadido: en esta época Covid ¿cómo se mantendrán las medidas sanitarias en esa zona? Y digo más ¿realmente se pueden instalar dichas atracciones cuando aun hay muchos parques infantiles cerrados en España y cuando los datos que nos llegan en los últimos días para nuestra ciudad y provincia son más que desesperantes?
Esos que parecen indicar que, ahora mismo, estamos más cerca de un confinamiento total como el que sufre Granada que de una apertura de fronteras locales.
Pero no importa, ya es Navidad en Kichilandia y deben crearse nuevas cortinas de nieve para que no se hable del verdadero regalo navideño del alcalde: su anuncio de volver a presentarse, mientras que a algunos de los suyos, como Pilar Tubío, comienzan a caerle sentencias de inhabilitación por actuar «por cuenta y riesgo» con el dinero de todos. O, también, para evitar que se hable del fracaso de nombre del Estadio Carranza con una votación que ha sacado a luz que este Ayuntamiento no cumple la Ley de Protección de Datos. O para que no hablemos del estado, más que lamentable, de nuestros viales y calles decoradas con líneas de colores.
Es curioso que sea justo en este 2020 cuando el alcalde más interés muestre en las luces y adornos navideños. En una Navidad que para el comercio (verdadero objetivo de la iluminación navideña) va a suponer un quebradero de cabeza al no poder acceder a nuestra ciudad nadie del exterior. Muchos comerciantes esperan las campañas navideñas para darse un respiro pero, desgraciadamente, nuestra Kichinavidad puede acabar teniendo guion de Tim Burton: todo muy iluminado, pero rezumando tristeza y decadencia.