La muerte del autónomo
No tiene sentido que la reforma prevea una subida de impuestos tan drástica y brutal
Este gobierno parece dispuesto a destruir cualquier atisbo de crecimiento económico que pueda surgir en el país. Solo así se entiende la draconiana reforma del sistema contributivo de los autónomos, que nos va a llevar al 90% de nosotros a tener que cerrar o, peor, ... lanzarnos a la economía sumergida, aunque no queramos hacerlo. Se ve que los ministros del gobierno social-comunista no han trabajado nunca por cuenta propia, o no harían lo que desean hacer. El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, parece querer que la Seguridad Social pierda el importante peso económico de los empresarios por cuenta propia, que crean empleo y mucho, para que terminemos pasando por las delegaciones de Inclusión o de Migraciones. Otra explicación no hay. La otra sería que su deseo es matar el tejido empresarial español y ese no debe ser.
No tiene sentido que la reforma prevea una subida de impuestos tan drástica y brutal. Mientras en el resto de Europa se prima al emprendedor, aquí se castiga. Si ya teníamos una de las cuotas más altas del mundo ahora quieren que paguemos 293 euros si ingresas 1.000 euros y 183 euros si ingresas 600. Es decir, el 30% de nuestros ingresos deberá ir a pagar para poder ingresar. Pero, y esto es lo fundamental, el ministro se ha olvidado de que ingresos no es igual a beneficios.
No me voy a ir muy lejos, les voy a poner un caso práctico: el mío como guía de turismo. De gastos fijos mensuales cuento con 286 euros de cuota de autónomo, casi 150 euros de seguros (accidente, responsabilidad civil, salud, mutua…) y más de 500 del renting de un vehículo que necesito para trabajar. Es decir, comienzo el mes con casi 1.000 euros de gastos sin contar gasolina o teléfono. Eso solo para el trabajo, por supuesto, además, tengo que comer y vivir. Y de mis ingresos, además, tengo que descontar el 21% de IVAs que debo pagar yo; y el 15% de IVA que me retienen quienes me contratan.
Para cubrir esos 1.000 euros ya tengo que facturar un mínimo de 1.300 euros y tendré cero euros de beneficio, y eso conlleva que la cuota de autónomo me la subirán de nuevo, y, por tanto, necesitaré ingresar más y me la volverán a subir en un círculo vicioso.
Realizar una reforma basada en los ingresos demuestra un desconocimiento total del tejido empresarial. Si se hubiera basado en beneficios, podría tener sentido, pero no así. Así lo que se hace es potenciar la economía sumergida aun más; y para aquellos que tratamos de mantenernos siempre en la legalidad será la muerte laboral.
Y la muerte del sector autónomos será la quiebra para este país. Un país en el que 16 millones de personas reciben una renta de la Administración (no todos trabajadores, por supuesto) frente a 15 millones de trabajadores sustentados por la empresa privada no es sostenible. No lo es desde el momento en el que el Estado se ha convertido en la primera empresa del país; y no lo es ya que carga en los hombros de unos pocos el peso de toda el Estado.
En el fondo, deberíamos haberlo visto venir. Un gobierno social-comunista necesita un pueblo empobrecido para seguir controlando el poder. Y que mejor que matar el emprendimiento para tener un pueblo aborregado.
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