Javier Fornell
De modas y revisionismos
Al calor de la corriente ‘Black Matter Live’ (Las vidas negras importan) se ha extendido por todo el planeta una idea revisionista que trata de juzgar el pasado con ojos del presente
En los últimos días, al calor de la corriente ‘Black Matter Live’ (Las vidas negras importan) se ha extendido por todo el planeta una idea revisionista que trata de juzgar el pasado con ojos del presente. De esa forma, en Inglaterra se tiran al río ... estatuas de antiguos esclavistas; en Estados Unidos se decapita a Cristóbal Colón ; y, aquí, leemos a Teresa Rodríguez-Rubio pedir la defenestración del Almirante o a muchos de sus seguidores decir que todo el que le ha jorobado en esta vida ha sido blanco y de cultura cristiana. Lo raro, digo yo, es que fueran asiáticos hinduistas viviendo, como vivimos, en Andalucía.
Estas corrientes parten de una premisa tan errónea como peligrosa. La Humanidad ha avanzado a base de ensayo y error. En el pasado se cometieron muchas barbaridades, casi tanto como en el presente. Parece que en la actualidad se vive una nueva oleada de racismo internacional que no es más que el reflejo de la globalización de la actualidad. Cuando se necesita que el foco informativo se aleje de lo realmente importante, se busca noticias que arrasen en el mundo virtual, se viralizan; y muchos, famosos o no, con una cámara en la mano se unen al carro desde sus casas. No importa si la noticia es el asesinato (uno más) de un afroamericano en Estados Unidos o un cocodrilo en el Pisuerga. Tanto da para desviar la atención, para crear cortinas de humo que nos alejen de la dura realidad que se nos presenta.
Para colmo de males, nuestros políticos de izquierdas, con Teresa Rodríguez-Rubio a la cabeza, se han unido al carro del revisionismo para decir que todo lo anterior debe ser eliminado y que solo es válida la nueva moralidad y ética, la suya, por supuesto. Por eso, hay que olvidar lo que ocurre en África, salvo si se le puede sacar rédito político a la llegada de migrantes; por eso, no importa que se asesine a una familia, lo importante es que el presidente de la Junta de Andalucía lo ha calificado de «violencia familiar» y no «violencia machista».
Palabras y más palabras que tratan de etiquetar la realidad, de dividir a la sociedad y que solo sirven para conseguir la confrontación. Las vidas negras importan, sí. Pero es que todas las vidas importan sin etiquetas diferenciadoras. Y hasta que esta premisa no sea reconocida por todos, cualquier revisionismo del pasado, cualquier moda del presente, no servirá para nada.
En pleno siglo XXI no tiene sentido volver la vista atrás y olvidarse del presente. Debemos trabajar para que los valores éticos y morales vuelvan a estar de moda. Al menos, los fundamentales: el valor de la vida sobre todas las cosas y el respeto al otro desde la diferencia que nos hace únicos, sin más etiquetas que las de ser seres humanos. Eso será lo que acabe con el racismo, el machismo, la homofobia y todas esas fobias que conllevan violencia y división. Y que son tan bien usadas por los que quieren obtener su rédito, su minuto de gloria, su ratito de trendip topic en la moda del momento.