Javier Fornell
El año de la marmota
«Ha sido un año tan innecesario como apático en el que hay demasiado poco que destacar; y de lo poco, aún menos, cosas buenas»
Seguro que recuerdan esa película de Bill Murray en la que un desesperado meteorólogo revivía una y otra vez el mismo año. Pues algo parecido es lo que he sentido en este 2019 que ahora llega a su fin. Un año tan innecesario como apático ... en el que hay demasiado poco que destacar. Y de lo poco, aún menos, cosas buenas.
Como el año anterior, y algo me dice que el próximo, ha sido año de elecciones. Nada nuevo bajo el sol, ya que comienza a ser más que habitual en esta España nuestra. Más que nada, porque esa misma falta de entendimiento que tenemos en nuestro día a día se ha trasladado a un parlamento cada vez más disgregado; y en el que nuevos nombres se unen a los anteriores para atomizarlo hasta hacerlo ingobernable.
En 2019, tenemos un factor nuevo: si hasta ahora era la izquierda la que no sabía unificarse (a Unidas Podemos se le une Más País); en este año hemos visto el alza de la extrema derecha de VOX, que se ha convertido en la tercera fuerza del parlamento a base de explotar al máximo lo que conocen: el mundo ‘online’; y con la premisa de que hablen de uno, aunque sea mal. Y el mismo populismo barato que aupó no hace mucho a los de Iglesias.
Desgraciadamente, las negociaciones para formar gobierno solo confirman lo que ya sabíamos: la megalomanía de Pedro Sánchez no tiene fin y cualquier cosa valdrá para seguir volando en el Falcon. Hasta un abrazo de judas con Pablo Iglesias, su verdadero rival. El problema es que, por el camino, ha entrado la negociación con independentistas y nacionalistas y dos oportunas sentencias para los intereses del PSOE: la que permite a Puigdemont and Co. recoger el acta de eurodiputados, y que hayan prescrito parte de los problemas de los Pujol con Hacienda.
La doble vara de medir
Y todo eso sin hablar de los ERE. Tema menor, por supuesto. Que dos presidentes de la Junta de Andalucía, y parte de la plana mayor, hayan sido condenados por el mayor fraude político cometido en España no importa. La doble vara de medir en España, este año, ha mostrado su cara más gruesa y el robo de cientos de millones por el PSOE andaluz ha pasado a un segundo plano excesivamente rápido.
Pero qué vamos a pedir como andaluces, si en este año de la marmota hemos llegado a un hecho insólito. Nuestro Phill particular, transmutado en María Jesús Montero, actual ministra de Hacienda, decide intervenir las cuentas de la comunidad andaluza por el descalabro presupuestario de 2018. ¡Las mismas cuentas que aprobó la ministra siendo delegada de la Junta! Esa que, interpelada sobre el descuadre, soltó un «lo he dicho siempre, chiqui, son mil doscientos millones, eso es poco, eso es poco. Eso quita o pone una parte del presupuesto».
Casi tan rápido como el año político ha sido el ingobierno de José María Gonzalez en Cádiz. Claro que casi mejor que pase rápido lo que deba pasar en nuestro Ayuntamiento. El alcalde anunció que no volvería a presentarse, quizá entonces la ciudad vuelva a cobrar vida y deje de desangrarse por sus cuatro costados: el social, el económico, el poblacional y el laboral. Él, que vino gritando a quien quisiera escucharlo que evitaría que los gaditanos se fueran, ha visto como hemos perdido más de 5.000 convecinos en este tiempo.
Por suerte, casi habría que decir, o no, seremos capaces a aparcar en una ciudad que solo ha visto una obra de importancia: el infrautilizado carril bici. Promesas sí ha oído muchas, pero la única con visos de llegar a hacerse realidad es el Museo del Carnaval. Por el camino, parecen haberse evaporado los fondos de la Edusi. O quizá se hayan ido por alguno de los sumideros en mal estado de una ciudad que ya no es vieja, sino que está envejecida y falta de mantenimiento y limpieza.
La realidad es que, más allá de pajaritas de papel y reconocimientos por el reciclaje, Cádiz está sucia, casi tan paralizada como la fábrica de Torrot que debía ir en la extinta Tabacalera. Debía ser el nuevo motor de una ciudad que no sabe cómo sacar provecho de su zona industrial. Aunque parece que Zona Franca ha tomado conciencia y este año que viene veremos rejuvenecer algunos de sus solares, vacíos desde hace décadas.
Esperemos que, como esa parte de nuestra ciudad, también el 2020 vea nuevos brotes verdes a nivel nacional e internacional. Aunque me temo que los temas de los que hablaremos seguirán siendo los mismos. La emergencia climática seguirá estando de moda, como ahora está ese canto del «Violador eres tú» que ha terminado convertido en una parodia de sí mismo reproducido en discotecas y fiestas de pueblo.
Regresamos a rojos y fachas
Y es que también hemos visto de qué somos capaces los españoles. De esa innata habilidad de transformar cualquier tema en chanza y discusión; y llevar a nuestro terreno ideológico cualquier aspecto del día a día. Prisioneros de lo políticamente correcto a la vez que nos lanzamos a degüello al insulto patrio. Hemos regresados a los rojos y los fachas. Y la palabra nazi comienza a usarse con demasiada ligereza, acusando de serlo a cualquiera que no piense como mandan los santos cánones de la izquierda progresista española.
Personalmente, no le pido al 2020 más que una cosa: que nos eviten muchas más elecciones. Por lo pronto, comenzamos el año prorrogando nuevamente los presupuestos de Montoro y Rajoy —algún día se valorará en su justa medida la grandeza de este presidente—, y ya van cuatro años.
Además, comenzaremos sin gobierno, aunque se rumorea que nos quieren dar un regalo de reyes. Esperemos que no sea un regalo envenenado y que no lleve a la ruina al país con las prebendas de Pedro Sánchez a todo el que le dé un sí. Esos que necesita para, por fin, ser investido y salir de este bucle político en el que estamos. Quién sabe si así conseguiremos disminuir en algo la crispación existente en esta España de locos nuestra. Donde ya no importa que año ha concluido para saber, a ciencia cierta, que todo sigue igual.
Por suerte, también hay cosas que logran ponernos de acuerdo: Isa P ha perpetrado el mayor crimen contra la música en español con su video debut. Lamentablemente, ha sido de lo más destacado del año que se nos va; y eso dice mucho de nuestro 2019.