Javier Fornell
Illa, illa, illa, ministro maravilla
Lo peor de todo es que la marcha del exministro más tristón de todos los tiempos demuestra el interés de Pedro Sánchez por los españoles
Con la que está cayendo y el ministro de Sanidad dimite. Algo que sería casi lógico viendo las decisiones que se han tomado a lo largo de este año infausto para todos. Pero la decisión de dejar su cargo no tiene nada que ver con ... su incapacidad manifiesta para dar un rumbo claro a las políticas sanitarias durante esta pandemia. No, nada de eso. La decisión de dejar el cargo es que nuestro ministro maravilla va a tomar el relevo del bailarín Iceta en el PSC.
Lo peor de todo es que la marcha del exministro más tristón de todos los tiempos demuestra el interés de Pedro Sánchez por los españoles. El flemático filosofo que se vio envuelto en una crisis sin precedentes, lo único que debería haber hecho en este gobierno era cubrir la cuota catalanista, siendo un elemento gris que pasase casi tan inadvertido como el desaparecido ministro de Universidades.
Se va para presentarse a unas elecciones catalanas que el gobierno ve a su favor. Con el objetivo claro de alcanzar el poder en la Generalitat para recuperar lo perdido en otras comunidades. Eso ha provocado la crítica de la oposición y de sus socios de gobierno, pero, sobre todo, de una ciudadanía harta de que los manejen a su antojo como peones que puedan ser sacrificados.
Si en 2020 el 8M fue la razón política usada para atrasar la toma de medidas ante una enfermedad desconocida, pero que ya teníamos aquí y que en Italia causaba estragos; ahora, como buenos españoles dispuestos a chocar con la misma piedra, será el 14F la fecha de inflexión. Será después de ese día cuando las medidas vuelvan a endurecerse en toda España.
Mientras, todo seguirá como hasta ahora: cerrando los bares (los hosteleros son el mal, demonios que escupen partículas de virus a cualquiera que se le acerque); cerrando las localidades (salvo para ir a mítines); prohibiendo concentraciones de más de cuatro personas (salvo en los actos de campaña); y apelando a la responsabilidad del ciudadano frente a la irresponsabilidad del político.
Y el mayor irresponsable del reino es el presidente de Gobierno, que sigue jugando a gobernar cambiando cromos para que todo siga igual. Mientras, millones de españoles ven como el paro y el hambre llama a sus puertas. Miles de pequeñas empresas y comercios echan la baraja definitivamente y ellos bailando de un sillón a otro. Carolina Darias, licenciada en derecho y político profesional, pasa a Sanidad. Y el simpático Iceta deja su puesto en el PSC para ser la nueva cuota catalanista como Ministro de Política Territorial y Función Pública.
Y mientras Illa, illa, illa maravilla se va para Barcelona, los españoles seguimos viendo como el gobierno socialista se ríe de todos nosotros y nos pone en riesgo innecesario para conseguir sus anhelos políticos haciéndose con el trono catalán. Ya se sabe, para ellos la vida sigue igual y siempre podrán decir que el culpable de todo fue un Fernando Simón cuya credibilidad analizando la situación empieza a estar al nivel del Maestro Joao analizando posaderas.
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