Javier Fornell
La IDA está de vuelta
La campaña electoral de Madrid ha sido fea en muchos aspectos
La campaña electoral de Madrid ha sido fea en muchos aspectos. Uno de los más vergonzosos ha sido el uso del acrónimo IDA para referirse a Isabel Díaz Ayuso por parte de la izquierda.
Pero lo curioso es que el resultado de las elecciones ha ... sido que la IDA está de vuelta y con una fuerza descomunal. Díaz Ayuso ha dado un golpe en la mesa para demostrar que su discurso ha calado en todos los barrios y pueblos de la comunidad madrileña, hasta en los tradicionalmente trabajadores. Y eso con una participación récord que habitualmente ha favorecido al bloque de las izquierdas
Las razones de este resultado hay que buscarlas en muchos factores. Por un lado, mientras Ayuso expresaba la realidad de la calle hablando con un lenguaje coloquial y cercano, la izquierda se liaba con el lenguaje inclusivo. Además, contaba a su lado con uno de los activos emergentes más importantes del PP: el alcalde Madrid. Almeida ha demostrado que es una figura para tener en cuenta, que no se esconde y habla abierta y moderadamente de casi cualquier tema.
Además, la izquierda se ha enrrocacado en temas grandilocuentes que poco importan al ciudadano madrileño poniendo su pica en Flandes en un lenguaje inclusivo de hijos, hijas e hijes que ha servido más de mofa que para arrastrar a un electorado que ha visto como Pablo Iglesias solo ha vuelto a su barrio para tratar de convencerlos de que es un trabajador (¿alguna vez lo fue?). Aún así, ha conseguido parte de su objetivo aumentando la presencia de Unidos Podemos en el parlamento autonómico y salvándole de una caída al nivel del Ciudadanos de Edmundo Bal.
En unas elecciones crispadas y radicalizadas, hasta el cinturón rojo madrileño ha terminado siendo azul. Lógico. Mientras Gabilondo trataba de no dormirse en sus mítines, la supresión de las declaraciones conjuntas de la Renta se volvió un regalo envenenado frente a la política de bajar impuestos del PP. Mientras Pablo Iglesias se alzaba, con voz lastimera, protestando de que ya no podía pasear seguro con sus hijos por los parques, Ayuso hablaba de libertad para irse a las terrazas y del estilo de vida madrileño. Mientras Podemos incluía en sus listas a los manteros, Ayuso se ponía del lado de los pequeños comerciantes.
Así, mientras la izquierda metía miedo con la llegada de la derecha trumpista, el votante madrileño le ha dado una lección de realidad. Ayuso no es la mejor oradora, ha metido la pata dialécticamente en muchos momentos y no se siente cómoda debatiendo. Pero estaba al pie de la calle mientras la izquierda se batía contra ella misma buscando sorpasos entre criticas a un VOX que ha sabido jugar sus bases para no ser absorbido por el rodillo azul.
Quizá, junto a Ayuso, el gran ganador ha sido Más Madrid. Una izquierda centrada y moderada que ha sabido canalizar al votante del PSOE, gran derrotado de los comicios. Más aún ahora que Pablo Iglesias vuelve a incumplir sus promesas y anuncia que se retira de la política. Quizá, el mayor regalo del triunfo del PP.