Javier Fornell - OPINIÓN
¡Ala… Dina!
Hace casi 20 años, decir ¡Ala… Dina! era hablar de una comedia blanca en la que Paz Padilla, primero, y Miriam Díaz-Aroca, después, daban vida a una genio patosa que caía en casa de un viudo con hijos
Hace casi 20 años, decir ¡Ala… Dina! era hablar de una comedia blanca en la que Paz Padilla, primero, y Miriam Díaz-Aroca, después, daban vida a una genio patosa que caía en casa de un viudo con hijos. Pero ahora, 20 años después, hablar ... de Dina pierde su toque inocente para adentrarnos en una trama política con tintes de novelas de espía que puede llevar a Pablo Iglesias al banquillo de los acusados.
A pesar de que en un primer momento la Audiencia declaro que el líder de Unidas Podemos debía ser tratado como perjudicado, el juez ha pedido que se le impute por denuncia falsa, descubrimiento y revelación de secretos y delitos de daños informáticos. Con el “agravante de género”, para mayor dolo del representante de la extrema izquierda. Y todo dentro del macro juicio sobre los tratos del comisario Villarejo. El amigo personal de la Fiscal General del Estado, y ex Ministra de Justicia, tiene todo un arsenal de grabaciones que no dejan títeres con cabeza: desde la supuesta amante del rey emérito hasta el último de las primeras espadas políticas.
Villajero se ha movido como pez en el agua entre las olas políticas. Sin importar si sus interlocutores eran del PP o del PSOE ha participado en una gran trama de espionaje que le ha convertido en el genio de la lámpara. Una lámpara que le puede costar el puesto al vicepresidente del Gobierno. Y hacerlo por varios motivos.
El primero de ellos debería llevar a su inmediata división ya que su partido prometió no tener imputados entre sus cargos públicos. Claro que el líder supremo sabrá cómo decir Diego donde dijo digo para cambiar el ritmo de los acontecimientos. Pero esta vez ocurre un problema: el juez habla de “agravante de género”. El uso proteccionista que Pablo Iglesias realizó del teléfono de Dina Bousselham, ex asesora del vicepresidente. Este confirmó que había guardado varios meses la tarjeta con fotos personales para “evitarle más presiones”. ¿Se puede ser más machista negando a Dina la capacidad de elegir su defensa?
De todas formas, a lo largo del día de ayer, Podemos lanzó toda su maquinaria virtual para revelar un ataque de la judicatura contra “los que han traído el Salario Mínimo Vital” (Echenique dixit). Parecen no querer recordar que la Fiscal General de Estado ha sido ministra de Justicia con este mismo gobierno socialista, algo impensable en un país que realmente crea en la división de poderes; pero un paso más para conseguir el control absoluto del país por parte del gobierno social-comunista.
Si Pablo Iglesias fuera coherente con lo que dice su partido, hoy mismo presentaría su dimisión ante el mal nombre que le da a nuestro país y a este gobierno; justo en el momento en el que más necesitamos de Europa para sobrevivir. Pero Pablo es tan coherente como el cambio de Paz Padilla por Miriam Díaz-Aroca en ¡Ala… Dina! Por desgracia el resultado de su posible imputación no será tan divertido como aquella serie de inicios del siglo XXI pero si podría estar a la altura de los grandes culebrones venezolanos.