Javier Fornell
Cuba libre
Hoy sigo esperando que la izquierda española se posicione y alce la voz contra la injusticia
Cádiz y la Habana son ciudades hermanadas por la historia, por el comercio, por familias que se entrecruzaban a un lado y otro del mar. Desde el descubrimiento de la isla por los europeos hasta 1898 nuestra historia siempre fue de la mano; y la ... independencia de Cuba y el comienzo de nuestro declive fue todo uno. Pero nuestra hermana lleva casi un siglo sufriendo, llorando en silencio mientras la izquierda española ensalzaba el régimen comunista de Fidel Castro y el Che. Los barbudos revolucionarios se convirtieron en imagen icónica para los españoles. Lógico, quizá, en una época en la que nosotros sufríamos una dictadura fascista y Castro y el argentino acaban con los seis años de la dictadura de Batista.
Sin embargo, hoy, con perspectiva, nadie que se considere demócrata puede defender un régimen que lleva esquilmando Cuba y aniquilando cubanos desde 1959. Más de sesenta años de horror que arrancó con los campos de concentración para maestros y homosexuales establecidos por idolatrado (y desconocido) Che Guevara; y que continuó con Castro agarrándose al sillón dictatorial hasta la muerte; dejando el trono en manos de su hermano para seguir controlando el poder y la riqueza de la Perla del Caribe.
Lo más curioso es que el régimen cubano fue dulcificado e idealizado por la izquierda del siglo XXI. En su imaginación se creaba un mundo utópico de sanidad universal, altos niveles formativos y un sistema de clases igualitarios en el que la falta de propiedad privada unificaba a todos. Olvidaban, sin embargo, que esa sanidad universal carecía de medios para mantenerse y que los cubanos debían dotarse de medicamentos en el mercado negro o gracias a la ayuda de quienes habían logrado escapar del régimen. Obviaban que los balseros que saltaban a Miami no lo hacían por amor a Florida, si no por huir de la muerte, la cárcel o la miseria que los Castros habían impuestos.
Cuba ha sido un régimen dictatorial brutal, que ha dejado en la más absoluta pobreza a sus casi 12 millones de habitantes. Habitantes que estos días han dicho ¡basta! Con los móviles levantados gritándole al mundo, a través del poco internet que les han dejado, que quieren libertad. 60 años de régimen parecen estar llegando a su fin con que el pueblo ya no puede más. Y cuando ya no te queda nada más que tu vida es cuando realmente se es peligroso para los regímenes establecidos.
Hoy sigo esperando que la izquierda española se posicione y alce la voz contra la injusticia. Eso les daría un halo de coherencia que hasta ahora no tienen. Ellos, que siempre se han mostrado defensores de causas justas, hoy guardan silencio. Un silencio cómplice con un régimen asesino que ha sido capaz de detener en directo a una disidente para mantener el control. Un control que, una vez más, solo pueden sustentar con la violencia. Ya lo dijo Fidel en 1997 “Caiga quien caiga, muera quien muera, la Revolución cubana no desaparecerá”; pero Cuba quiere ser libre.