Javier Fornell
Calle viva, Cádiz muerta
Una ciudad que no podrá levantar cabeza si no quedan empresarios para empujar el carro
Que el alcalde y el PP anden a la gresca no es nuevo. Viene siendo así desde que José María Gonzalez cogió el bastón de mando. Lo que sí es más novedoso es que las peleas hayan cambiado de bancada hacia la del PSOE, en ... un nuevo fuego que le toca apagar al alcalde. El último encontronazo ha sido con la normativa sobre el problema de la vivienda . Un problema que se reduce, según Martín Villa y los suyos, a las VFT (es decir, las viviendas de fines turísticos).
Para tratar de conseguir sus objetivos y mostrar el apoyo de la ciudadanía a una medida que pararía en seco el desarrollo del sector por una regulación excesiva, se rodearon de asociaciones y empresarios. Con luz y telégrafos, como les gusta decir y hacer . Lo curioso es ver las reacciones de quienes allí estaban y mientras los empresarios turísticos y comerciales se ponían del lado del PSOE; asociaciones como ProDerechos Humanos y Calle Viva caían al lado de Por Cádiz sí se Puede, con IU a la cabeza.
Y eso me ha hecho pensar y mucho. Es curioso como desde el Ayuntamiento parece acusársele a los empresarios de todos los males del mundo , olvidando que son ellos quienes generan empleo y crean riqueza y pagan impuestos. En este país de locos, en el que el gobierno central se ha visto obligado a parar una subida de impuestos que llevaría a los autónomos a pagar la friolera de 480 € al mes (si se factura más de 1500 €), el sistema debe cambiar necesariamente para ser sostenible.
Pensar que se puede mantener el Estado del Bienestar cuando casi un 50 % de la población recibe una retribución del Estado (ya sea su sueldo de funcionario, ya sea mediante subsidios) es absolutamente utópico. Es imposible mantener un sistema en el que sale más dinero del que entra , por más que una parte vuelva al mismo sistema mediante impuestos directos.
Para poder mantenerlo es imprescindible aumentar la recaudación. Pero cuando el tejido industrial y económico ha muerto, la única forma es exprimir a la vaca que te queda, olvidando que si ordeñas demasiado te quedas sin leche. O, en este caso, si sigues atacando al empresario, te quedas sin empresas, aumentas el numero de parados y el gasto derivado y necesitarás más ingresos. Entonces, tocará exprimir al funcionario, recortar al trabajador del estado y al pensionista, y volver a apretar en impuestos .
A nivel local, la explotación del empresario se ha convertido en persecución al emprendedor turístico . Martín Villa y los suyos siguen empeñados en matar a Cádiz y convertirla en un lugar para pasear y no para trabajar. Al imponer sus medidas utópicas dejan en el tintero la realidad de una ciudad que necesita generar ingresos si quiere sobrevivir y resurgir, una vez más. Una ciudad que no podrá levantar cabeza si no quedan empresarios para empujar el carro.
Y Cádiz no se merece eso . Por eso, y ante la situación que vivimos, quizá haya llegado el momento de que los partidos comiencen a hablar de moción de censura y anteponer Cádiz a los intereses partidistas.