OPINIÓN
La isla del tesoro
Quizás sea que con un coche oficial es más fácil aparcar en la calle San Juan de Dios sin tener que sufrir las penurias que sufrimos los simples ciudadanos de a pie
Definía Benito Pérez Galdos en su novela 'Cádiz' al camino que une a Cádiz con San Fernando como «el largo istmo que sirve para que el continente no tenga la desdicha de estar separado de Cádiz» . Por esa razón, Cádiz se sitúa en ... lo que se llama geográficamente, un tómbolo. Esto es cuando se une una isla al continente por un istmo muy fino. En nuestro caso, este tómbolo se une directamente con la ciudad de San Fernando y no con el continente, ya que Cádiz y San Fernando se consideran dos islas separadas de Europa por el Caño de Sancti Petri.
Este hecho junto con las declaraciones del Teniente Alcalde de Movilidad, Martín Vila, de que en Cádiz si existe aparcamiento, lo único es que hay que saber buscarlo, me lleva a pensar que nos encontramos en la isla del tesoro, ya que encontrar esa plaza donde poder dejar el coche sin tener que pagar la zona azul -recuerden, aquella que el Kichi dijo que quitaría cuando fuera alcalde- o dejarlo en alguno de las parkings existentes en nuestra ciudad, es tan complicado como encontrar la 'X' que marca el tesoro en el mapa.
Según este concejal, si usted o yo no aparcamos en nuestra ciudad no es porque no haya plazas sino porque, en realidad, no nos da la real gana de hacerlo, ya que como las 'meigas', haber plazas, haylas. Lo único es que somos, según él, de lamento fácil y de protesta rápida .
Es por ello, que quizás el ayuntamiento debiera de darnos a los ciudadanos y a los que nos visitan un pergamino con el plano de Cádiz y que nos marquen esa 'X' donde se encuentra ese tesoro cada vez más codiciado en nuestra ciudad, como es un sitio donde poder dejar nuestro vehículo sin riesgo de que se lo lleve la grúa o que tengamos que hipotecarnos para poder pagar lo que hoy en día cobran por dejar el coche en un aparcamiento.
Quizás la culpa de este desconocimiento del edil de Izquierda Unida (o como se llame ahora esa coalición de partidos) sea el hecho de no vivir en Cádiz y no tener problemas a la hora de venir para aparcar. Quizás sea que con un coche oficial es más fácil aparcar en la calle San Juan de Dios sin tener que sufrir las penurias que sufrimos los simples ciudadanos de a pie, en este caso de motor, de tener que ir buscando un lugar donde dejar nuestro coche.
Es curioso, aunque muy propio de la izquierda radical, que este hombre se permite el lujo de decirle a los ciudadanos lo que tienen que hacer y no lo que cada uno quiera hacer. Según él, el problema de aparcamiento se soluciona o bien compartiendo vehículo para venir a la ciudad o dejando el coche a las afueras de Cádiz y después usar la bicicleta o patinete o el transporte público. En este último caso, se le olvida al concejal que los autobuses de nuestra ciudad son 'arcaicos', ya que esos híbridos que iban a venir se quedaron en una simple promesa electoral, son deficientes totalmente y no cumplen los mínimos requisitos para dar respuesta a una presunta demanda colectiva del servicio.
Puede que lo próximo sea decir que Cádiz es como la ciudad de Oz y que, en vez del camino de baldosas amarillas, haya que seguir el carril bici para llegar al mago, que en realidad era un farsante.
Lo dicho, viven en un cuento .