Irene Toscano
Recuerdos nostálgicos jerezanos
Tendrías que estar engalanada, ataviada de farolillos, guapa con tu aire único
Tendrías que estar engalanada, ataviada de farolillos, guapa con tu aire único; señorial, coqueto, acogedor y divertido que tienes tu Feria de Jerez… feria del Caballo importante de la Baja Andalucía allá donde las haya.
Esta mañana, recordé y hacía tiempo que no lo hacía, ... el poema de Bécquer: El arpa «del salón en el ángulo oscuro, de su dueña tal vez olvidada, silenciosa y cubierta de polvo… « y sentí que había un paralelismo entre éste y el parque González Hontoria de Jerez… probablemente hay allí un remolinillo de aire e incluso una llovizna gris y fina que cubre aquel espacio abierto y vacío… pero en el fondo de todo esto y de todas las memorias lo que se ve y resuena es; un carruaje de caballos, jinetes y amazonas con caballos pura sangre ( que hoy más que nunca los imagino negros), un vino fino que cae sobre la copa de un señorito guapo de Jerez, una bulería lejana con buen compás y taconeo, también hay una gitana y una rosa, la ilusión de unos pequeños en su primera feria. Hay un revuelo de volantes alegre, dinámico, nervioso… un mantón de manila en la noche, una mirada fija, una mirada perdida, un deja que te mires, no vuelvas la cara… como no… una risa y una pena (todas las buenas ferias tienen su pena) ¡Aunque este año la pena es de otro estilo..! y así me lo hacen recordar algunos buenos amigos de Jerez.
Toda esta estampa imaginaria podría esperar a Lázaro, que dijera; levántate y anda. No, no es una ilusión, es un pensamiento colectivo que hace que también se mantenga viva esta primaveral feria jerezana que no se olvidará. ¡Hasta la vista Jerez! Hasta pronto tierra querida…
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