Adolfo Vigo
Intolerantes en el Pleno
No es raro escuchar o leer cosas como «el enemigo es tal partido…», o «tenemos que luchar contra fulano de tal…»
Patético, deleznable, antidemocrático», esos y algunos más son los calificativos que se me vienen a la boca tras los graves incidentes ocurridos en el Pleno del Ayuntamiento de nuestra ciudad el pasado viernes. Me parece que estamos rozando, si no lo hemos pasado ya, el nivel mínimo que se debe de exigir a las personas en cuanto a su comportamiento en un estado de democracia. Lo vivido por los ediles de la oposición, y en especial por el máximo representante del partido socialista Fran González, es de una bajeza que roza lo que se nos presenta en aquellas películas americanas en las que se nos vendía un Bronx con una ley propia, la de la jungla.
El grito de «tendréis que salir a la calle con escolta» no es más que la manifestación verbalizada de que la ciudad de Cádiz está dominada últimamente por la crispación más bajuna, chabacana y delincuente que nos podemos imaginar. Los que allí se sientan, sean del partido que sean, del credo que sea, de la diestra o de la siniestra, son los representantes escogidos por muchos miles de conciudadanos. Estos son la voz de sus convecinos a los que cada cuatro años les entregamos nuestro encargo de que gestionen la ciudad según nuestros ideales coincidan más o menos con lo que representan. Estas señoras y señores son los altavoces de la soberanía popular y nunca su trabajo puede estar amenazado por el intolerante de turno que se crea en posesión de la verdad absoluta.
Creo que no soy sospechoso de comulgar con las ideas del partido socialista, es más, desde esta columna alguna que otra vez he hecho alguna historia cómica con él al igual que con otros, pero siempre desde el respeto que me merece y sin la más mínima intención de ofender, y mucho menos de amenazar a quien para mi tiene el mismo respeto que los políticos de la opción que más se acerca a mi pensamiento.
Ahora bien, si es cierto, que en este asunto todos tenemos un mínimo de culpa. A veces no somos conscientes del lenguaje que utilizamos. En ocasiones simplificamos tanto nuestro mensaje que utilizamos palabras que llevan a error a algunas personas que se toman esas manifestaciones al pie de la letra. No es raro escuchar o leer cosas como «el enemigo es tal partido…», o «tenemos que luchar contra fulano de tal…».
En la política y en la democracia entiendo que no existen enemigos ni luchas, existen personas que piensan de forma diferente, que tienen opciones políticas que se acercan más o menos a las nuestras, formas de ver la sociedad. Igualmente opino que en un sistema democrático no hay lugar para las luchas. En nuestra sociedad existen cauces perfectamente regulados para hacer valer los derechos de cada persona, así como las voluntades depositadas en cada partido político
Pero hay veces que somos tan vehementes, tan bravucones a la hora de expresar nuestras ideas que no medimos las consecuencias que pueden tener en personas con pocas ideas democráticas o nula capacidad para vivir en democracia con el resto de sus semejantes.
De todas formas, vaya desde aquí todo mi apoyo y respeto hacia Fran González, del que no pongo en duda su honestidad al servicio de su partido y de los intereses de los socialistas gaditanos, y hoy hago mía la frase de Voltaire que decía «no estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo».