El Apunte

La incoherencia por bandera

El mismo gobierno local que ha convertido en discurso único la pobreza de miles de gaditanos deja pasar una ayuda de cinco millones para planes de empleo

La coherencia viene a ser la relación entre los pensamientos y los actos, entre los dichos y los hechos de cada persona o colectivo. Es difícil mantenerla de forma constante pero resulta intolerable que la diferencia sea excesiva. Puede llegar a entenderse como hipocresía o absurdo. Una de las últimas polémicas en el Ayuntamiento de Cádiz parece tener su origen en este concepto tan resbaladizo. El equipo de gobierno ha dejado pasar, por decisión o ignorancia, una convocatoria de ayudas de la Unión Europea. Contempla hasta cinco millones de euros que las ciudades que lo reciban (tras la solicitud y si es aprobada por reunir determinados requisitos) pueden invertir en planes de empleo, en programas de actuación en zonas consideradas «de pobreza urbana» o en proyectos que faciliten la integración social de inmigrantes y refugiados. Si por algo se ha caracterizado el actual gobierno local de Cádiz es por su constante referencia a la «alarma social» que vive la capital de la provincia, por su alegato constante a los niños que pasan necesidades, a las familias con todos sus miembros en el paro, a los sintecho y a los que carecen de cualquier tipo de ingreso. Efectivamente, los más desfavorecidos son la prioridad absoluta. Más aún cuando son menores. Ese criterio es compartido por la totalidad de la población y por todas las fuerzas políticas. Otra cosa es que se discrepe en su número o se abandone a otros grupos de ciudadanos que, sin ser prioritarios, son mayoritarios y precisan de atención administrativa. En cualquier caso, resulta incoherente amparar cualquier actuación en la pobreza de miles de gaditanos y dejar pasar una oportunidad así para poder ayudar a varios de los que necesitan empleo y ayuda. Bien sea por desconocimiento, por el caprichoso desmantelamiento del Instituto de Fomento, bien sea pro un error humano o por decisión política, es «intolerable» (como declaró ayer el concejal de Ciudadanos Pérez Dorao) que una ciudad con esos problemas deje pasar, o aplace, una ocasión así. Como si no hubiera prisa. Como si no hubiera emergencias. Y la dejan pasar los que se pasan la vida tocando el botón de alarma. Coherencia.

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