El Apunte - OPINIÓN

La importancia de «verse»

Ayuntamiento y Junta vuelven a pedir contactos para agilizar una montaña de proyectos pendientes

El Ayuntamiento de Cádiz y la Junta de Andalucía renovaron ayer sus deseos de «verse» para repasar la montaña de proyectos pendientes y atrasados que arrastran ambas administraciones en la capital gaditana. Al parecer, para que todas esas infraestructuras alcancen un grado de ejecución del que han carecido durante años, es necesario que el alcalde y la presidenta, o el regidor y el delegado, o los delegados y los concejales se reúnan en una cita anunciada, repetida y fotografiada dos veces al año.

Es llamativo que, en mitad de la era de las telecomunicaciones, tengan que «verse» para poder trabajar, para dejar de incumplir ante los ciudadanos de Cádiz, abandonados por la Junta de Andalucía desde finales del siglo XX en algunos casos sangrantes.

Basta con repasar el listado para asombrarse. Por lo visto, aún tienen cosas que debatir sobre iniciativas mil veces anunciadas, detalladas, prometidas, suspendidas o aplazadas. Desde el tranvía metropolitano que recorra y articule la Bahía de Cádiz hasta la residencia Tiempo Libre, El Olivillo, Escuela de Náutica, Ciudad de la Justicia o la Aduana Nueva en la plaza de Sevilla. El listón está muy alto.

Ayer llegó el momento de recordar otro fiasco de grandes proporciones. Fue durante la visita a unas obras de reforma del primer centro sanitario de la ciudad y de la provincia, el de «referencia», según lo califican los técnicos. El hospital universitario Puerta del Mar de Cádiz es un recinto antiguo. Tanto, que la propia Junta de Andalucía lo declaró viejo y anunció en 2005 que construiría otro centro en los terrenos de Construcciones Aeronáuticas para sustituirlo.

Han pasado más de diez años de aquel fallido anuncio y la administración autonómica se tuvo que tragar la pirotecnia publicitaria. Ni hay nuevo hospital, ni lo habrá. Ayer volvieron a repetirlo los responsables del Servicio Andaluz de Salud con el eufemismo «no es una prioridad» . Sin embargo, lo que resulta imposible de borrar es que la propia institución que lo rige admitiera sus carencias, su deterioro. Ahora, pasado el tiempo, anulado el anuncio, ya no se puede dar vuelta atrás y a todos los gaditanos les quedó la sensación de que su hospital de referencia no da la talla, que ya no sirve, que no es capaz.

Pero todo es cuestión de «vernos», a ver si se puede arreglar. Sin prisas.

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