EL APUNTE

El impacto del Brexit es real

El temor a los efectos en sectores como el vino y en ciudades como La Línea es una realidad a ocho semanas de la ruptura

El que fuera presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, lo advirtió en su día. No se anduvo con rodeos tras conocer el resultado del referéndum británico sobre la permanencia o no en la Unión Europea. El Brexit ganaba hace ya tres años y casi nada ... ha cambiado. Los partidarios de ‘to leave’ obtuvieron el 52% de los votos frente al 48% de los que apoyaban la permanencia. Schulz, entonces, se mostró a favor de que la salida fuera cuanto antes, con no más de dos años de tramitación, porque no creía en el acuerdo, le resultaba impensable que Europa tuviera un trato de favor con la Inglaterra que la abandonaba. Han pasado tres años, se acerca inexorable el 21 de octubre y aquellas palabras se convierten en profecía. La salida total y brusca, en apenas dos meses, y con graves consecuencias económicas para ambas partes. El resultado fue una batalla generacional de mentalidades entre jóvenes y no tan jóvenes, también fruto de la polarización que no deja de provocar sorpresas cada vez que se abren las urnas en Europa y medio mundo. Tanto tiempo después, tantas reuniones, tantos esfuerzos y la situación sigue en el mismo lugar tétrico: la incertidumbre reina mientras que los mercados se hunden y la libra se devalúa. Esta situación tiene dos caras. El Reino Unido será en cuestión de semanas un país extranjero dentro de la Unión Europea lo que conlleva a variar el estatus de las relaciones comerciales. El 7% de las exportaciones españolas (18.000 millones de euros) tienen como destino el Reino Unido. Esto genera un superávit en la balanza comercial bilateral de 5.600 millones a favor de España, un 0,5% del PIB. Sin embargo, si la libra se debilita, nuestros productos resultarán más caros y será más difícil venderlos, mientras que los españoles les resultará más fácil adquirir bienes o servicios del Reino Unido. Si, por cualquier razón, el libre comercio entre el Reino Unido y España se ve obstaculizado por nuevas regulaciones británicas o europeas, el comercio sufrirá. Los primeros que han dado la voz de alarma han sido, precisamente, los bodegueros jerezanos. El Consejo Regulador señala que el Reino Unido es uno de sus principales clientes. El otro escenario donde la provincia de Cádiz se ve afectada por el rechazo inglés a su permanencia en Europa es en el Campo de Gibraltar y La Línea de la Concepción, donde buena parte de su economía está ligada a la del Peñón. Ya es tarde para todo.

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