Soluciones reales
A falta de un liderazgo por parte del Gobierno, los grandes empresarios españoles se han organizado por su cuenta para buscar salidas a la crisis provocada por el Covid-19
Vivimos tiempos de incertidumbre. Miedos. Dudas de cara al horizonte que se nos plantea a medio plazo. A estas alturas de la crisis del coronavirus tenemos meridianamente claro que este verano debemos pasarlo sin excesivos contratiempos. Pero ¿qué ocurrirá a partir de septiembre/octubre? ¿Habrá ... rebrote? ¿Encontraremos vacuna o al menos tratamientos más eficaces? ¿En qué condiciones volverán nuestros hijos al colegio? Todo esto depende fundamentalmente de tres factores. Primero de nosotros mismos. De si somos capaces de cumplir las normas. En igual medida dependemos también de las decisiones del Gobierno, sobre todo en lo que a la gestión sanitaria se refiere. Confiemos en que si el virus vuelve con fuerza, esta vez estemos mejor preparados para combatirlo. Y en buena parte, estamos en manos de la providencia, en este caso en forma de virus letal. Por tanto, si nosotros somos responsables, nuestros dirigentes sanitarios eficientes y la naturaleza benévola, no tendremos un otoño tan duro como ha sido la primavera de este año 2020.
Podremos entonces centrarnos en el otro gran problema que se nos viene encima –de hecho, que tenemos ya sobre nuestras cabezas– que es el de la crisis económica. Va ser dura. Y lo va a ser mucho más que en los países de nuestro entorno porque a nosotros nos ha golpeado el Covid–19 con el peor Gobierno posible. La gestión sanitaria ha sido manifiestamente mejorable, pero es que la gestión económica está siendo directamente nefasta. El nivel de endeudamiento nos va a lastrar durante años en forma de quiebra de empresas y, consecuentemente, de destrucción de empleo. Parece mentira que en pleno siglo XXI, tengamos unos dirigentes mucho más centrados en subsidiar que en crear riqueza. Han tenido que ser los propios empresarios de nuestro país los que se han organizado por su cuenta para, a partir de mañana lunes, celebrar una gran cumbre durante más de diez días para analizar, debatir y buscar soluciones. Las grandes empresas y una buena representación de las más pequeñas se ofrecen para ser ellas las que lideren la salida del gigantesco hoyo en el que estamos metidos. Poner su experiencia, su capacidad de reinventarse, su afán de superación, al servicio de todos los ciudadanos. Con representación gaditana además, como el presidente de E&Y, Federico Linares, el de Cepesca, Javier Garat, o el de Osborne, Ignacio Osborne. Personas que han demostrado su solvencia profesional durante años, que manejan muchas más claves que cualquier miembro del gobierno actual, cuya ala radical estará ya preparándose para demonizarlos sin más argumentos que el simple hecho de ser empresarios. Personalmente, si tengo que elegir entre seguir las directrices que marquen los que de verdad saben de economía, los que arriesgan su patrimonio, o las de Pablo Iglesias o nuestro ínclito ministro de Consumo Alberto Garzón, no tengo ninguna duda. A estos últimos y a todos los antisistema que se declaran anticapitalistas y demás sandeces, lo único que les pediría es que se aparten y, al menos, no molesten.