'Póntela, pónsela'
Más que nunca nuestro futuro está en manos de los jóvenes, sin duda los menos concienciados de laimportancia de tomar medidas para no contagiarse y con los que todos deberíamos hacer más pedagogía
Usar mascarilla, incluso en la playa, es obligatorio desde el pasado miércoles.
Rebrote. Es la palabra del momento. Vivimos pendientes de los rebrotes. Al principio fue Coronavirus, después Covid 19, confinamiento, esenciales, fases, nueva normalidad... y ahora rebrote. El riesgo está ahí, no cabe duda. Prácticamente se han detectado por toda España y sorprende que aquí en ... Cádiz, donde la población empieza a aumentar de forma evidente con la llegada de veraneantes, aún no se hayan producido. Llegarán, más pronto que tarde, por una mera cuestión estadística. Por lógica. Y probablemente por la irresponsabilidad de algunos. El pasado fin de semana Cádiz volvió a ser noticia por las lamentables imágenes de dos mil cadistas esperando a su equipo para animar a los jugadores antes de un partido clave. No los excusaré, aunque creo que sí hay matices importantes que nadie, desde un informativo editado en Madrid, comentó. La edad media de los allí concentrados no pasaba de los 18 años, muchísimos de ellos menores de edad. No debieron hacerlo. Obvio. Pero es muy difícil controlar a un chaval emocionado por algo que nunca ha visto ni pensaba que podría ver en su vida, que es disfrutar de su equipo del alma en Primera División. Por eso creo que es fundamental que pongamos el foco en los jóvenes. Está muy bien que nos obliguen ahora a todos a ir con mascarilla. Es fantástico que si hay que cerrar playas cuando el aforo está completo, se cierren. Tengo mis dudas de la efectividad de esta medida en cuanto a evitar contagios, pero como mensaje a la ciudadanía es positivo.
Toda precaución que se tome es poca, por ridícula que nos parezca en algunas ocasiones. Pero estamos desviando el tiro. Los adultos estamos muy concienciados del problema que nos rodea. Los ancianos ni les cuento. Pero hay una horquilla de edad, digamos entre los 13 y los 20 años, a los que directamente el coronavirus se la trare al pairo. Ya sé que no son todos, que generalizar es injusto y todo lo que usted quiera. Pero no negará que hay un número suficientemente importante de jóvenes que se saben inmunes al virus, que han estado más de dos meses confinados, y que ahora que son ‘libres’ su última preocupación es ponerse mascarilla o guardar distancia social. Están en la edad de cuanta menos distancia corporal mejor. No son ellos, es la naturaleza. Es la etapa que les toca vivir y disfrutar. Pero los adultos deberíamos centrarnos en ellos. En hacer pedagogía en casa para convencerles de que no es por ellos, de que es por todos. Por sus mayores y los de sus amigos. Y sería fundamental que las administraciones se lo tomaran más en serio. Dicen que la famosa campaña del ‘póntelo, pónselo’ evitó muchísimos embarazos no deseados y bajó la cifra de casos de enfermedades de transmisión sexual. Pues a lo mejor sería una buena idea hacer algo similar con las mascarillas. ‘Póntela, pónsela’. Más que multar, concienciar. Mostrarles el camino. Porque estamos en sus manos. Hoy, más que nunca, nuestro futuro depende de ellos. Nuestra economía. Nuestras vidas.
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