Política sectaria, ignorante y cobarde

La retirada del busto de Pemán, en pleno Carnaval, sin una foto, sin prensa, retrata perfectamente a un político como el concejal Martín Vila, que utiliza la Ley de Memoria Histórica a su antojo y de forma revanchista

Martín Vila, junto a Demetrio Quirós, en el Pleno del pasado mes de diciembre. Antonio Vázquez

José María Pemán es, sin la menor duda, uno de los grandes embajadores del último siglo de la historia de Cádiz. Un ilustre a la altura de Manuel de Falla, Rafael Alberti, Paco de Lucía, Camarón de la Isla, Lola Flores o Rocío Jurado. Cada ... uno en su ámbito destacó por su excelencia. En la literatura, en la música, en el flamenco, en la copla. Ilustres de verdad. Universales. El resto de simples mortales gaditanos estamos obligados a rendirles pleitesía y a tratar de mantener vivo su legado transmitiéndolo a las generaciones venideras. Pero esto es Cádiz. Y estos son los tiempos que nos toca vivir. Y es ahora, casi 40 años después de su muerte, cuando hemos de ver cómo un político ignorante y sectario, actual concejal de Memoria Histórica del Ayuntamiento de Cádiz, quiere mancillar su nombre. Martín Vila ha perpetrado la retirada del busto de Pemán de la casa donde nació. Y lo ha hecho de forma cobarde, en plenos carnavales, sin una foto, sin prensa. Sus argumentos se basan en un artículo publicado en el BOE en 1936, que en absoluto vincula a nuestro ilustre literato y periodista con crimen franquista alguno. Cuatro párrafos de hace más de 70 años, absolutamente sacados de contexto, con los que pretende ocultar la realidad de quien fue un destacadísimo gaditano. Uno de los grandes artífices de la reconciliación de los dos bandos tras la Guerra Civil. El problema real, para Vila, es que era un hombre de ideas de derechas, liberal y monárquico, que en el fondo es lo que realmente molesta al actual gobierno de extrema izquierda que dirige el Ayuntamiento de Cádiz. Existen decenas de documentos que demuestran que Pemán mantuvo excelentes relaciones con personalidades de todo signo político, que supieron superar sus diferencias incluso antes de la Transición. Desde literatos vinculados a la derecha, como Dámaso Alonso o Gerardo Diego, a otros muchos –de hecho la inmensa mayoría–, con reconocidos ideales de izquierda. Entre ellos se encontraba Buero Vallejo, hijo de un militar gaditano fusilado al estallar la guerra. Los mismísimos García Lorca y Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Salvador de Madariaga, Menéndez Pidal... Colaboró incluso con Paco Alba, que puso música chirigotera a la versión cinematográfica de su obra ‘La viudita naviera’. Todo esto ha sido ignorado por Martín Vila. Y por el alcalde y el PSOE, que han callado de forma lamentable.

Cádiz, los gaditanos, merecemos más respeto. Nuestros representantes no pueden ponernos en ridículo ante toda España y mantenernos en silencio. Ya sabemos que hoy día todo vale en política. Decir una cosa y la contraria. Y no pasa nada. Pero hay límites que no deberíamos dejar que se traspasaran. Porque este rencor, esta cobardía, esta ignorancia, es imposible que nos lleven a nada bueno.

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