Ser de izquierdas

Debe ser muy gratificante saberse más feminista, más solidario, más ecologista, más luchador por los derechos humanos que todo aquel que no coincide con tus planteamientos políticos; en definitiva, saberse moralmente superior

Ignacio Moreno Bustamante

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Si ha tenido usted la suerte de nacer español y quiere completar la dicha, una de las cosas más bonitas y provechosas que puede hacer con su vida, es ser de izquierdas. Declararse de izquierdas. Decirlo alto y claro. Automáticamente tendrá derecho a un montón ... de privilegios. Recibirá el carné de ser humano moralmente superior, el cual a su vez le otorgará el privilegio de colocar etiquetas a su antojo. Tendrá la capacidad de decidir, por ejemplo, quién es facha, quién fascista, quién ultraderechista, quién xenófobo, misógino e incluso maltratador. Podrá odiar y prejuzgar a su antojo, sin filtro alguno. Y todo por la gracia concedida por sus iguales, por el resto de ciudadanos de bien que se declaran socialistas o herederos del comunismo más señero. Los auténticos. Los que hoy día encarnan Pedro y Pablo a las mil maravillas.

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