Apología de la cangrejera
El vídeo de presentación de Cádiz en Fitur, protagonizado por el alcalde y la concejala de Turismo, primero provoca hilaridad y después sonrojo y vergüenza. La ordinariez al hablar y el mal gusto nunca puede ser una carta de presentación
Cuando uno es de Cádiz y ronda los diez/doce años, la mayor humillación a la que puede someterle su propia madre es obligarle a llevar cangrejeras en la playa. Ya sabe, las ‘Adidas Jesucristo’ de toda la vida. Ese zapato indescriptible, de plástico, símbolo ... del catetismo gaditano que tantas peleas materno–filiales y burlas de amigos ha generado desde hace décadas. Sólo si de verdad te dedicas a mariscar cuando hay marea baja está justificado dicho calzado. Y ni aún así, desde que existen los escarpines de Decathlon. Si los usas para pasear por la playa, te define como lo que eres: un hortera de Cádiz. Y esa es precisamente la mejor definición del patético vídeo de presentación que el Ayuntamiento ha emitido esta semana nada menos que en Fitur, el gran escaparate del turismo nacional e internacional. Más vale tomárnoslo a risa, tratar de disimular y mirar para otro lado, porque si no, lo único que provoca es una sonrojante vergüenza de ser gaditano. La ordinariez y el mal gusto como carta de presentación. Si ha visto la grabación sabrá de qué le hablo. Si no, enhorabuena, ese bochorno que se ahorra. El problema es que para cientos de touroperadores, de empresas de viajes, hoteleros, hosteleros, políticos, técnicos o simples ciudadanos de toda España y parte del extranjero, la imagen de Cádiz hoy día es esa. La de su alcalde haciendo el ridículo mientras come camarones y confiesa alegre que su palabra preferida es cashito , razón –a su entender– más que suficiente para que nos concedan la organización del Congreso Mundial de la Lengua. Su conversación con nuestra excelentísima concejala de Turismo, de nombre Montemayor Mures, en el muelle gaditano y paseando por la playa –descalzo él, con cangrejeras ella– no tiene desperdicio. «¿Tú sabe cuál es la palabra que más me gusta a mí? Patatú », dice la tal Mures entre risas cómplices con Kichi, felices los dos por la imagen campeshana que están transmitiendo al mundo. Porque ellos son así, del pueblo, auténticos, sencillos, naturales... shabacanos . Han interiorizado tanto el mensaje que de verdad creen que están haciendo un servicio a la ciudad. No son en absoluto conscientes de que ese vídeo, esa imagen que trasladan, es un grano más en la montaña de tópicos y clichés que ya tenemos los gaditanos sobre nuestras espaldas. Por más que se empeñen, Cádiz no es eso. Una parte de Cádiz quizá sí. Pero aquí también hay buen gusto, nivel cultural, nivel profesional... De hecho, el otro vídeo presentado , el protagonizado por Álex O’Dogherty, es justamente todo lo contrario. Cuenta una historia original, a partir de un guión bien trabajado, y es realmente atractivo. Pero este, el de la presentación de Cádiz y los gaditanos al estilo del actual equipo de Gobierno es sencillamente cutre y hortera. Nos salva que las imágenes de la ciudad y sus playas hablan por sí solas. Son espectaculares. Pero el hilo conductor, la conversación entre ambos políticos con afán de protagonismo, es lamentable. Tanto como llevar cangrejeras –y hacer apología de ello– por la orilla de la playa. Gargajillos , dice el alcalde que se llaman también. Será en su casa.
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