11.700 ‘Me Gusta’; 3.700 ‘Retweets’
Mientras haya borregos que se queden en la superficie de sus mensajes, sin profundizar lo más mínimo, el vicepresidente segundo del Gobierno de España estará haciendo bien su trabajo
«Por más que continúen las amenazas de muerte, seguiremos trabajando desde el Gobierno y con la ley en la mano para hacer un país mejor. Ni la violencia ni las amenazas ultras detendrán los avances democráticos» . Así se despachaba Pablo Iglesias (en adelante, ... nuestro vicepresidente segundo del Gobierno de España), hace exactamente una semana en Twitter. ¿Amenazas de muerte? ¿Violencia? ¿Ultras? Algo muy grave ha debido ocurrir, y por más que se esté en contra de su política y de sus delirantes propuestas, aqui no caben medias tintas. Aquí todos debemos ir a una. Y empatizar. Y solidarizarse. Porque hay determinadas líneas que no debemos permitir que se crucen por mucha crispación política que estemos viviendo en estos últimos meses. Eso fue lo primero que me vino a la mente y, tras este primer pensamiento, traté de profundizar en el mensaje de nuestro vicepresidente segundo del Gobierno de España, convencido de que quien le había tratado de amargar la mañana de domingo habría sido algún grupo radical ultraderechista. Quizá un grupo organizado a nivel europeo con ramificaciones en España. Quería saber si había indicios de delito suficientes para que actuara de oficio la Fiscalía o si incluso el ministro del Interior se vería obligado a refozar aún más la seguridad en el chalé propiedad del vicepresidente segundo del Gobierno de España.
Fue entonces cuando descubrí que el mensaje del vicepresidente segundo del Gobierno de España a sus más de dos millones y medio de seguidores era una respuesta a otro de una tal ‘Saminnie ’, que completaba su nombre en Twitter con dos emoticonos: una bandera de España y un corazón negro. ‘Saminnie’. Una tuitera, probablemente adolescente, con apenas un centenar de seguidores , había escrito: «Bueno en vista de que Pablo Iglesias no va a dimitir en vista de su imputación por el Tribunal Supremo... Habrá que matarlo ¿No?, ¿Acaso no es lo que hacían los comunistas cuando no cumplían con lo que se le decían?». Tal cual, con sus incorrecciones ortográficas y todo. Un mensaje evidentemente irónico, desafortunado y absurdo. Pero desde luego no una amenaza de muerte real, ni proveniente de grupos ultras. Pero daba igual. Nuestro vicepresidente segundo del Gobierno de España ya tenía la excusa para lanzar su proclama populista. Para seguir llevando al extremo su idea de divide y vencerás. Para seguir vertebrando en dos de forma dramática ese país en el que él es vicepresidente segundo del Gobierno: España. Todo por un estúpido ‘Tuit’. Pero es obvio que le está dando resultado. La prueba son los miles de borregos que se quedan con el mensajito en cuestión y no profundizan lo más mínimo. Tanto que obtuvo 11.700 ‘Me Gusta’ y 3.700 ‘Retweets’. Nuestro vicepresidente segundo del Gobierno de España ya había hecho sus deberes del domingo. «Seguimos», pensaría, antes de salir a pasear por la urbanización con sus hijos y la ministra de Igualdad. Que casualmente es su mujer. A golpe de tuits, de engaños, de populismo. Así gobierna del vicepresidente segundo del Gobierno de España.