El Apunte - Opinión
Un hotel para dormir tranquilo
David Navarro debe invertir todo ese tiempo y energía que dedica al enfrentamiento en encontrar al dichoso inversor si de verdad quiere apagar el ruido
Dimitir no es un ejercicio común en este país, no es deporte nacional, y el concejal David Navarro no iba a ser excepción por mucho que vaya enfundado en el traje de la ‘nueva política’. Es más, que desde el PSOE pidan su marcha es un brindis al sol de quien tiene el poder de desalojar al equipo de Gobierno entero y no se atreve a apretar el botón rojo. Más ahora cuando sus líderes flirtean en los despachos cerrados.
Como suele ocurrir en los viernes míticos de San Juan de Dios, mucho ruido, fuegos artificiales y al final la misma sensación de desasosiego. En esta guerra de posiciones cada cual se defiende en su trinchera y no muestra sus flaquezas al enemigo.
Lo que interesa ocurre lejos de las cámaras, cuando se cierra la puerta del palacio municipal y el estruendo de las balas queda envuelto por el silencio. En ese momento es cuando David Navarro debe reflexionar y pensar si de verdad se puede sentir orgulloso de su gestión. El Navarro del pasado sería muy duro con él y le tildaría de «iluso, de no tener ni idea de economía y de no ser responsable con el dinero público» por ser incapaz de vender el hotel del estadio Carranza . Una operación de la que dependen los presupuestos municipales, con retraso, sin respaldo y desequilibrados.
Es su trabajo y a tenor de los resultados, dos años después de su llegada al pode r, infructuosos. Porque gestionar no es sólo recortar deuda a fuerza de no gastar; es sobre todo vender para poder invertir, y por el viento pululan diez millones de euros prometidos que hasta la fecha no son más que humo. Como la clínica de los terrenos de Altadis. Humo.
También hacer política es buscar lugares comunes y Navarro gasta demasiada energía en combatir al rival en lugar de aprovecharla para encontrar al inversor del dichoso hotel. El gran y lujoso hotel. Entonces, apagado ya el ruido de los gritos y las acusaciones, sí podrá descansar tranquila y plácidamente.
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