El Apunte - Opinión

Un grito ciudadano y necesario

La plataforma contra el deterioro de la sanidad pública es vecinal y no partidista

Los que podrían temer que se tratara de un movimiento partidista, politizado, se llevaron una sorpresa. Son ciudadanos, representantes de vecinos hartos de ver cómo su sistema público de sanidad se desangra, cómo pierde profesionales, trabajadores, material, camas. Son los centros prometidos y cerrados, o sin construir, son los proyectos de investigación paralizados y las listas de espera que cada vez hacen esperar más a más personas. Los que han dicho basta, presentados ayer como marea blanca, como plataforma por una sanidad pública, le dicen a la Junta que están hartos. Y hay sindicatos de clase, pero también sectoriales, colectivos de consumidores y, al frente, uno de los médicos con más prestigio y aprecio, profesional y social, de la provincia. Así que los que temieran que se trata de un manejo de un partido para fastidiar a otro van a tener que buscarse otro argumento. Porque se trata de un hartazgo, amplio y transversal, materializado en un grupo que no deja de crecer. Ha llegado a Cádiz cuando ya ha aparecido en toda Andalucía pero no se trata de una carrera para ser los primeros, se trata de oponerse al deterioro y gritar que no van a consentirlo. Porque cada vez que se escarba en las vísceras de la sanidad pública andaluza se tiene la sensación de que sus responsables políticos tapan agujeros en lugar de suturar heridas. Las plantillas y los materiales del Servicio Andaluz de Salud (SAS) son a todas luces insuficiente. Son muchos gaditanos los que lo han podido comprobar más de una vez en las salas de urgencias, en las listas de espera o, simplemente, en los consultorios de salud. No hay tantos profesionales en nómina para atender a una población que demanda, cada vez más, un servicio digno y, sobre todo, eficiente. Los recortes y los ajustes presupuestarios han llevado a la Junta de Andalucía a mantener un servicio sanitario que está cogido con alfileres y necesita de un apoyo económico importante, además de conciertos con empresas privadas, para dar un trato cada vez menos bueno (por no decir peor) a los pacientes. La sanidad gaditana ha perdido en los últimos cinco años algo más de 800 profesionales. Las jubilaciones no reemplazadas, de un lado, o las incorporaciones a la sanidad privada, de otro, han dejado muy mermados los equipos. El cierre de camas en verano y durante Navidad o el colapso que soportan algunos servicios para pruebas diagnósticas ponen en tela de juicio la gestión política de la sanidad y ha llegado el momento de gritarlo en la calle.

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