OPINIÓN

Graciosillos de Cádiz

En esta tierra hay gente con verdadero arte e ingenio, pero por cada uno de ellos hay demasiados graciosillos

La capital gaditana tiene fama de ser la más graciosa de España.
Ignacio Moreno Bustamante

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Uno de los grandes problemas de Cádiz es que nos creemos graciosos. Así, en general. Todos. Por el mero hecho de haber nacido aquí. Qué arte tenemos. Y a nosotros mismos nos encanta difundir la idea. Qué ‘age’. La idiosincrasia gaditana. Jajaja. Pero no es ... así. En realidad, la gracia de Cádiz reside en unos cuantos elegidos. Gaditanos que de verdad desprenden arte cada vez que abren la boca. Con un gesto. Con una ironía. Todos conocemos a alguno, en el carnaval y fuera de él. Personas rapidísimas de mente, a las que ante cualquier situación cotidiana se les ocurre una pamplina para tirarte al suelo. El arte de Cádiz es ingenio, agudeza, fescura, buen talante... y lo más importante de todo: saber reírse de uno mismo. Pero no todos tenemos ese don. De hecho, la mayoría no lo tenemos, por muy gaditanos que seamos. Ya digo que son unos cuantos elegidos los que de verdad tienen una gracia excepcional, distinta a la de otras tierras. Y benditos sean porque son capaces de alegrarte el día más oscuro en un minuto. Sin embargo, por cada uno de ellos, hay demasiados graciosillos. Gente insoportable que se cree divertida y no es consciente de que no los aguanta nadie. Aquí, precisamente por esa etiqueta que nos han colocado a todos, abunda más este espécimen, que se considera tocado por el don de la agudeza, cuando en realidad carece absolutamente de ella.

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