Nandi Migueles - Opinión
Gracias por vivir
Este es un trocito de nuestras letras que en este año nuestro coro Coroterapia canta por las calles en su presentación
Este es un trocito de nuestras letras que en este año nuestro coro Coroterapia canta por las calles en su presentación. Y así hay que sentirla, les decía a mis coristas cada vez que ensayábamos dicha parte. Esa es la filosofía de nuestro grupo a pesar de todos los inconvenientes que surjan en nuestras vidas, lo más importante es vivir y no mirar atrás. A pesar de todo.
A pesar de que te encuentres cada año con miembros del jurado que les tiemble el pulso para cambiar lo establecido. A pesar de que te cruces cada año con un pregón al gusto de quien gobierne. A pesar de que en cada concurso el público grite sin respeto a los demás lo de campeones, campeones. A pesar de que los jurados paralelos otorguen sus veredictos y clasificaciones pero no dan ningún premio a cambio. A pesar de que aún existen entradas de protocolo para empresas de renombre. A pesar de que el exorno de la ciudad haya sido paupérrimo, salvándolo en esa época de Mariscal como reitero siempre. A pesar de que no celebre aún ningún baile de máscaras en el Falla. A pesar de que muchos grupos lleven instrumentos fuera de contexto y sin estar en acorde con el tipo. A pesar de que confundan cantar con gritar, y cada vez más. A pesar de dejar fuera a un coro de semifinales por no tener arrestos de renunciar a una comparsa de renombre. A pesar de que a la cantera se les trate de tercera división. A pesar de que se vean a pocas comparsas de categoría por las calles cantando. A pesar de que las televisiones se crean las dueñas y propietarias de este concurso porque pagan por retransmitir y que solo engrandezcan a sus grupos pertinentes por los intereses de audiencia. A pesar de que Canal Sur otorgue este año la aguja de oro sin ningún criterio artístico y sí por su interés comercial. A pesar de que los coros y las callejeras sigan salvando la programación. A pesar del atasco enorme en el puente nuevo, de la falta de aparcamiento y las previsiones de afluencia de público, a pesar del poco control de sanidad, de la poca presencia policial, del escaso servicio público y a pesar de todo… le damos gracias por vivir. Por vivir en la mejor ciudad y preciosa del mundo, donde las sonrisas son tan verdaderas como sus lágrimas y en donde los corazones de sus habitantes, que sufren los daños de la injusticia social y marginal de este país, se transforman en estos días en corazones de oro con un antifaz de plata, como su tacita.
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