Gracias al PSOE

Gracias al PSOE, la capital de Cádiz está gobernada por un señor que hace poco amenazaba con dinamitar todo aquello que se le pusiera por delante. Entre risas, eso sí. Gracias al PSOE, Cádiz tiene como alcalde a un profesor cuya única herramienta de trabajo conocida hasta hace diez meses era un megáfono. Gracias al PSOE tenemos un equipo de Gobierno que más bien parece un consejo escolar. Gracias al PSOE nuestras grandes preocupaciones son las barbacoas, las ninfas y las banderas. Gracias al PSOE Cádiz está dejando pasar de largo importantes oportunidades para el empleo y el turismo de las que a medio plazo habrá de arrepentirse. Gracias al PSOE miles de gaditanos que votaron a Podemos están abriendo los ojos tras las falsas y pérfidas promesas de su líder de solucionarles a todos sus problemas de empleo o de vivienda. Gracias al PSOE, tenemos una concejala de Asuntos Sociales que, como solución al drama de las familias de la Corrala de la Bahía, se limita a mandar una carta a la sucursal del Banco Santander de la calle Columela. Gracias a los socialistas, hemos descubierto la tibieza del resto de partidos de la capital a la hora de hacer oposición. Y también gracias al PSOE vamos descubriendo el doble discurso de algunos, en muchos ámbitos de la ciudad, que por lo ‘bajini’ critican de forma furibunda la política de Podemos pero luego no tienen narices de hacerlo abiertamente. Por si acaso.

Y es que no conviene olvidar que José María González ‘Kichi’ sube y baja banderas, cuelga y descuelga cuadros, coloca y descoloca asesores y nos bendice a todos con su bastón de mando desde el balcón de San Juan de Dios gracias al PSOE de Cádiz. Y a Pedro Sánchez. Obviamente, que es quien hace y deshace. Quien da la orden de apoyar o bombardear a Podemos en las ciudades donde les dieron las alcaldías en función de sus intereses particulares. Y su hombre aquí, Fran González, se limita a obedecer.

Lo cual es una verdadera pena, porque gracias al PSOE este país es hoy lo que es. Para bien. Los árboles crecidos en los últimos años no deben impedirnos ver la inmensidad del bosque que nació con la Transición. La de verdad, no la que quieren inventarse ahora. La que personas de verdadera talla intelectual y política supieron sacar adelante aparcando sus abismales diferencias. Lo de los jovenzuelos Iglesias, Errejón, Sánchez o Rivera no es más que un juego de niños. Peligroso, porque son una panda de inexpertos que se creen en posesión de la verdad absoluta. Pero nada que ver con aquello.

Gracias al PSOE y a su alternancia política con el PP España ha vivido cuarenta años de prosperidad. Pero claro, gracias al PSOE de Felipe González. Y al de Carlos Díaz. No al de ahora. No al que ha obtenido los peores resultados de su historia. En España. Y en Cádiz.