En funciones 'Per secula, seculorum'

Teniendo en cuenta el tipo de personalidad que tiene Sánchez, de la que más de una vez ha dejado constancia de su egocentrismo, de su único pensamiento en si mismo y de anteponer a Sánchez por encima de todas las cosas, su situación actual es casi perfecta, por no decir que es pluscuamperfecta. 

Estoy casi convencido que, a última hora, sacara algo para torpedear su propio acuerdo con Pablo Iglesias. A Sánchez lo podemos calificar de muchas cosas –egocéntrico, manipulador, chaquetero y un sinfín más– pero no es tonto, o al menos no lo subestimo en ese punto. Él sabe que un Consejo de Ministros con Pablo Iglesias, Irene Montero o Alberto Garzón, entre otros, es una bomba de relojería. Un gobierno ‘frankenstein’ formado por ese tipo de personajes junto con los que el aporta, como Carmen Calvo o María Jesús Montero, no tendría más recorrido que el de los personajes de la escena del camarote de los hermanos Marx.

Desde su posición de presidente en funciones ,sigue durmiendo en la Moncloa, sigue viajando en su avión privado, puede seguir enchufando a su mujer, familia y amigos sin más explicaciones y lo que no le conviene que los españoles sepamos lo puede seguir tapando como secreto de Estado. Desde esa atalaya en la que está en funciones nos sigue castigando a los españoles con subidas de impuestos, como el de la luz que ha realizado este sábado pasado y que, por si usted no lo sabe, a partir de ahora será un 8% más cara, seguirá subiéndonos el precio de la bombona de butano, como hizo hace unos días, y todo porque ya no hay crisis energética en España ni familias que necesiten de la calefacción ni del agua caliente ahora que se recrudece el tiempo. 

Conociéndolo como lo estamos conociendo, o sufriendo mejor dicho, este perfecto tahúr será capaz de barajar sus cartas y jugarlas de forma que la culpa de no tener gobierno sea siempre del de enfrente. De sus posibles aliados dirá que están pidiendo cosas imposibles o que no se ajustan a la realidad a pesar de que hemos visto que Pablo Iglesias mendigaba cualquier puesto a cambio de su apoyo. Y de los contrarios dirá que no son capaces de abstenerse por el bien de España. Y, mientras tanto, él quedará como el único capaz de entregarse por España y servirla de forma abnegada, cosa que me recuerda a lo que decía el Caudillo. Y es que Sánchez, en el fondo, desea convertirse en el Caudillo de una España de izquierda.

Eso sí, durante todo este tiempo seguirán él y toda su tropa poniendo la mano cada mes, cobrando del Estado; es decir, de todos los españoles por no hacer lo que deberían de hacer y que no es más que trabajar por el país y darle la estabilidad que hemos perdido en estos últimos años, encaminándonos a unas próximas elecciones y pensando ya en el próximo muerto que desenterrar para ganar votos.