Opinión
Fronteras
Como Serrat, «prefiero los caminos a las fronteras», muy al contrario que Santiago Abascal quien además afirma que «una nación sin fronteras no es una nación»
Como Serrat, “prefiero los caminos a las fronteras”, muy al contrario que Santiago Abascal quien además afirma que “una nación sin fronteras no es una nación”, lo cual no es cierto pues la existencia de fronteras no coincide ni con las naciones ni con los ... estados. Hasta el siglo XIX en España existieron múltiples fronteras interiores, de las que abundan vestigios históricos: los recintos amurallados de Pamplona para segregar tres comunidades diferentes; también la estación madrileña de metro llamada Portazgo, en alusión al lugar donde se vigilaban la entradas y salidas a la villa. En la actualidad se han suprimido fronteras entre los estados de la Comunidad Europea, si bien ésta obliga a mantenerlas frente a territorios ajenos al espacio común. Como consecuencia de la relativa acogida de un discurso tan rancio, el también cantautor Coque Malla acaba de circular a través de las redes sociales un texto en el que manifiesta su tristeza porque haya calado tan hondo como para que más de tres millones de votantes españoles le hayan concedido cincuenta y dos diputados a Vox en las recientes elecciones, y eso escenifica la aparición de la extrema derecha más fuerte de Europa. Como antídoto a este veneno de intolerancias y muros fronterizos, Coque Malla propone a los jóvenes viajar a países exóticos y extraños, traspasando esas barreras que la ignorancia pretende levantar; seguir la senda de Jim Hawkins quien para ganar un auténtico tesoro supo que debía de hacerse de algún modo filibustero.
La Europa que muchos soñamos como una sociedad abierta y solidaria, con los derechos humanos por bandera, con la seguridad de unos servicios públicos eficientes, con gobiernos amables y territorios reconocibles en bicicleta, es una aspiración amenazada por esa enfermedad que recientemente infecta a uno de sus estados más antiguos y emblemáticos, el nuestro. Mediante falsas alarmas se pretende descalificar esa idea de una Europa amable, acogedora y solidaria, así que gran parte de nuestro continente se halla en peligro de abordaje por los feroces monstruos del miedo y del odio. Europa se ahoga con cada persona que sucumbe sin ayuda en el Mediterráneo y las medidas que se pretenden imponer contra la migración, para preservar la identidad cristiana, rechazarían a Jesús de Nazaret por ilegal. No existe un estatuto común europeo para los refugiados y eso establece de hecho fronteras virtuales; por otra parte, la explosión demográfica africana, junto a la baja tasa de natalidad europea, aconseja establecer una política migratoria común para el enriquecimiento recíproco.
Por aclarar algunas ideas que maneja la derecha radical aconsejo consultar el Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana, de Joan Corominas, que explica el origen de las palabras “nacional” y “nacionalismo”, las cuales no aparecen en nuestra lengua hasta principios del siglo XX, derivadas de “nacer”, datada ésta en la segunda mitad del siglo X. El pasado jueves se conoció el fallo del jurado que ha concedido el premio Cervantes de este año, el galardón más importante de las letras hispánicas, al poeta catalán Joan Margarit i Consarnau que ha compuesto en lengua catalana su extensa obra. El autor es además un excelente arquitecto que ejerció hasta su jubilación como catedrático de cálculo de estructuras en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Central de Barcelona. Buen profesional, excelso poeta y por tanto una gran persona, tuve el placer de tratarle con afecto, en una de sus visitas a nuestra ciudad compuso mientras me esperaba un bello poema: L’alba a Cádiz.