Freno a la violencia machista

Aumenta el número de mujeres en Cádiz que opta a la formación en artes marciales como medida de autoprotección

Los últimos datos sobre violencia de género publicados en la reciente memoria de 2021 del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) revelan un aumento de esta lacra social y, lo más novedoso aún, la llamada de atención que hacen los jueces de menores ante ... el incremento de casos que aparecen entre la población más joven. Se trata de un fenómeno social que lejos de desaparecer va en aumento y la mejor forma de combatirlo es mediante la educación en los colegios e institutos. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce.

Cuando la realidad de las estadísticas avala que se ha producido un incremento en los casos de violencia de género entre los más jóvenes, son los propios maestros, profesores y colectivos de mujeres que luchan contra la violencia de género los que han puesto sobre la mesa las carencias del sistema educativo para actuar como freno al desarrollo de conductas de maltrato. Faltan medios.

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) de 2021 recoge que en Cádiz se presentaron 5.481 denuncias en los juzgados de Violencia sobre la Mujer, una de las cifras más altas registradas a nivel regional. Solo Málaga, con 7.217 denuncias, y Sevilla, con 6.102, superan las estadísticas gaditanas.

El número de casos contabilizados es superior al del año anterior, cuando se notificaron 5.255 asuntos. Esta situación ha llevado ha llevado a algunos centros a activar cursos, actividades y mecanismos contra la violencia machista. Más de 70 mujeres se inscribieron casi de golpe para recibir las nociones básicas de defensa personal y poder así repeler una agresión machista o sexual en el Shin Gi Tai Dojo de Chiclana.

Se trata de una idea muy novedosa, que ha tenido un importante impacto mediático y social. El responsable de este curso, Manuel Jesús Aranda, maestro nacional de Aikido, Quinto Dan, aclara que el objetivo «no es formar guerreras en la lucha sino a supervivientes, es decir, de lo que se trata es de que una mujer agredida pueda huir y salir viva para poder denunciar el maltrato, el abuso o el acoso».

El centro chiclanero impartió en un fin de semana las técnicas básicas para que una mujer pueda defenderse de un agresor y derribarlo sin problemas. Muchas de ellas acudieron con su pareja. Ahora este curso forma parte de la actividad semanal del gimnasio chiclanero. El deseo es que no se tuviera que impartir.

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