Opinión
Franco, esa cortina de humo
La verdad es que me importa bien poco donde esté enterrado Franco
Les voy a contar un secreto. La verdad es que me importa bien poco donde esté enterrado Franco. No sé por qué a estas altura de la democracia se pierde el tiempo en discutir si debe de continuar en el Valle de los Caídos o ... si debe de estar en un cementerio normal sin más.
De verdad que solo me cabe en la cabeza que todo esto responde a una táctica, prevista o imprevista, de Pedro Sánchez y su equipo para sacar rédito político en las próximas elecciones y desestabilizar el país aún más si cabe. La resurrección, no del dictador, de las dos Españas siempre ha sido un objetivo de este nuevo PSOE desde que José Luis Rodríguez Zapatero, aquel presidente de infausto recuerdo, se pusiera al frente del mismo. El abrazo de los dos bandos tras la muerte de quien estuvo al frente de España tras la guerra civil no ha sido respetado por aquellos que pretenden ganar la misma tras más de 40 años después.
El mismo día que se trasladaban los restos del dictador en España se hacía público el índice de ocupación en España. Por desgracia, y como era de esperar, el mismo recogía la continua caída libre de la misma. Cada vez hay más parados en España, se crea menos empleo. Y, qué quieren que les diga, eso me importa más que si a Franco lo despedían con salvas, si iba con la bandera de España –que por cierto, bien que se la colaron a los representantes del Gobierno que estaban allí con el pendón que llevaba el ataúd– o si se gritaron ‘vivas’ a Franco o no. Sin embargo, de eso se habló bien poco en este país. Alguno consiguió que lo que en España ocurrió hace más de cuatro décadas fuera más importante que la caída de puestos de trabajo, que nos afecta hoy en día a todos los españoles, sean del signo que sean, estén trabajando o, por desgracia, sean de los que se han quedado en el paro.
Una vez más, las cortinas de humo manejadas por la izquierda y sus medios de comunicación funcionaron a la perfección y ese estudio pasó sin pena ni gloria por nuestras vidas, no como Franco, que es algo importantísimo en nuestro día a día.
Asimismo, y como no podía ser de otra forma, resulta que el traslado de Franco no podía retrasarse por más tiempo porque era un clamor popular, según el Gobierno en funciones. Pero, por ejemplo, la publicación de la sentencia de los ERE que afecta a Chaves y a Griñan sí se puede retrasar para después de las elecciones generales, no sea que eso sí afecte a los resultados de las mismas para mal de algunos y no consigan los diputados que les da Tezanos.
Lo que tengo claro, es que la mayoría de los que decían que había que sacarlo y de los que exigían que siguiera enterrado en su tumba en el Valle de los Caídos, quizás, deberían de preocuparse más por sus familiares, por los ancianos vivos o muertos, por ir a visitar sus sepulturas, seguirlos recordando y por verlos cuando aún están vivos pero en estado de casi abandono, condenados a una soledad que no se la merecen, para que no mueran solos como la anciana que se ha descubierto 15 años después de fallecer. Y dejarse de pensar tanto en Franco que, por la gracia de Dios, ya hace años que no manda en este país democrático.